viernes, 23 de noviembre de 2018

GRACIAS.



Gracias, sería una nueva palabra que podíamos agregar a nuestro diccionario diario. Pero no solo decirlo, es necesario que esa palabra nazca del silencio, después de tomar conciencia que somos consentidos de Dios, que se nos regala Él mismo en cada Eucaristía, en cada Evangelio.

Es curioso... pero también Dios nos da las gracias, porque nos bendice (bien dice), porque habla bien de nosotros y cuando damos gracias se multiplican las bendiciones y tenemos más para repartir y regalando lo que Dios nos da, más crecemos, somos más cristianos, “somos más divinos”.

Si aprendemos a agradecer, nos daremos cuenta que en nuestro corazón aumenta el deseo de servir, es decir de donarse. Decir gracias a cada regalo nos conduce a la paz y a la alegría y es que en el mundo siempre hay más bien que mal, hay más personas buenas que malas y a nosotros Dios nos ha rodeado de personas maravillosas.

Es cierto que tenemos heridas... pero son buenas. Yo mismo soy una persona herida que busca bálsamo para sus heridas y solo en la gratuidad va uno encontrando la alegría siempre nueva del que se encuentra con la sorpresa del regalo.

Ser consciente de que si hoy puedo caminar... ¡cómo lo he de agradecer! Darme cuenta que si puedo ver... ¡cuánto he de agradecer! Darme cuenta que si puedo oír... Todo es regalo, todo tiene su encanto, todo tiene su sorpresa.

Porque el amor hace nueva todas las cosas, el amor hace eterno el instante y es desde ahí donde puedo agradecer.

Gracias, la palabra puede no decirnos nada... pero unida a nuestra existencia puede decirlo todo porque toda nuestra vida será justamente eso "una acción de gracias" después de todo la misma Eucaristía es eso... "ACCIÓN DE GRACIAS".

Toda la vida como un don… Pero es cierto que hay que pasar por la experiencia de la ausencia del don para darse cuenta del valor de la presencia, es necesario, vivir la ausencia del don, para ser consciente de que nada nos corresponde como mérito, que he correspondido muy poco para lo mucho que se me ha dado.

Dios nos quiere libres y un corazón agradecido no está atado a la criatura porque bien sabe que no es dueño sino solo administrador de todos los bienes que Dios le ha querido compartir.... y hemos de dar gracias también por nuestras limitaciones que nos hacen vivir en la realidad humana y no angelical y que nos permite vivir en humildad, sabiendo que no merecemos sino que todo se nos da por amor.

Que nuestra vida sea Eucarística y al final sea una acción de gracias y podamos dejar está vida con estas palabras: "gracias Padre porque así te pareció bien... "
"Porque yo sé los planes que tengo para vosotros--declara el Señor--"planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza."  Jeremías 29:11

"El que tenga oídos para oír, que oiga."  Marcos 4,1-20

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