martes, 27 de noviembre de 2018

Estar en el lugar indicado.


San Lucas 21,1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: «Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»
El evangelio dice que Jesús miraba, y por ello vio, vio algo que fácilmente nos puede pasar desapercibido hoy, como lo fue ayer,  por no ser grandioso ni merecer una foto en los grandes medios de comunicación. Vio a personas ofreciendo su limosna en el templo,  a ricos y a una viuda pobre, que depositó dos pequeñas monedas. Es el contraste evangélico que existe, cuando queremos vivir la solidaridad, y se concreta entre, dar de «lo que me sobra»  o dar de «lo necesario para vivir». Lucas nos hace entrar de inmediato en una situación de vida que nos interpela con todo su dramatismo.

Jesús no nos ofrece pautas piadosas, ni actitudes moralizantes casi sedantes, sino que nos ilumina con una luz nueva, para que podamos leer a fondo y con perspectiva, las situaciones históricas en las que vivimos.
Jesús ve y elogia a la viuda pobre; ve y no puede dejar de censurar la acción de los ricos. La mirada de Jesús es  un juicio emitido sobre la relación distinta que solemos tener con los bienes, con el dinero. Un juicio que siempre resulta difícil de aceptar, que duele,  pero que,  ilumina perfectamente el gesto solidario y la actitud  del corazón de la persona.

¿En qué grupo me sitúo yo? Acojamos la luz y dejémosla iluminar nuestro vivir diario.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes:ÉL la fundó sobre los mares, ÉL la afianzó sobre los ríos. Sal 23 

No hay comentarios:

Publicar un comentario