jueves, 28 de febrero de 2019

Quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos

El papa Francisco

miércoles, 27 de febrero de 2019

Para la Iglesia la opción por los pobres es una categoría teológica antes que cultural, sociológica, política o filosófica

El papa Francisco

martes, 26 de febrero de 2019

El corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto que hasta Él mismo se hizo pobre

El papa Francisco

lunes, 25 de febrero de 2019

Viendo sus miserias, escuchando sus clamores y conociendo su sufrimiento, nos escandaliza el hecho de saber que existe alimento suficiente para todos y que el hambre se debe a la mala distribución de los bienes y de la renta

El papa Francisco

Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente

Comienzo del libro del Eclesiástico 1,1-10:
Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente. La arena de las playas, las gotas de la lluvia, los días de los siglos, ¿quién los contará? La altura del cielo, la anchura de la tierra, la hondura del abismo, ¿quién los rastreará? Antes que todo fue creada la sabiduría; la inteligencia y la prudencia, antes de los siglos. La raíz de la sabiduría, ¿a quién se reveló?; la destreza de sus obras, ¿quién la conoció? Uno solo es sabio, temible en extremo; está sentado en su trono. El Señor en persona la creó, la conoció y la midió, la derramó sobre todas sus obras; la repartió entre los vivientes, según su generosidad se la regaló a los que lo temen.
 


Comenzamos a escuchar las enseñanzas del Eclesiástico. Se inicia con una sentencia definitiva: “Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente”. Esta palabra ilumina todo el quehacer humano para motivarle en su percepción y desarrollo, de modo que se ordene adecuadamente al fin de sí mismo en Dios. Esta sabiduría creada va unida a la inteligencia y la prudencia. Su existencia es anterior a todo lo creado y es otorgada a toda la creación, que de diverso modo, la revela y actúa con ella.
 
Es una muestra de la generosidad de Dios, otorgada gratuitamente y de manera diferenciada. El autor sagrado destaca que “fue derramada sobre todas sus obras”, de modo que en lo inanimado se manifiesta la Sabiduría divina por la grandeza, orden y bondad que en sus obras se contienen y en los “vivientes” alcanza su culmen en el ser humano, al que ha dotado de inteligencia racional y libre albedrío, de modo que la prudencia gobierne todas las decisiones y nada empañe su condición de imagen de Dios. Deja bien claro en sus sentencias el autor que el único sabio es Dios y que de él procede toda sabiduría.
 
De suma utilidad será la escucha de esta palabra para cada bautizado, para la comunidad y para todo ser humano que busca la verdad y la procura en todas sus tareas. Al ser repartida la sabiduría a todos, nadie queda al margen de ella, porque si careciera de este don no podría reconocer a Dios y tampoco podría ser imputado. Por lo tanto, habiendo hecho a la humanidad capaz de conocerle, dejándose encontrar por quien le busca con sinceridad, siempre le acompañará para que consiga lo que desea y por fin descanse en la plena comunión con Él.
Jesús alienta la aventura de la fe vivida en medio de muchas contradicciones.
 
Cuando desde el reconocimiento de la debilidad propia nos volvemos hacia Él, como el padre de este niño, afirmando: “Tengo fe, pero dudo, ayúdame”, aquello que tanto deseamos vemos que se realiza. En medio de la debilidad se manifiesta la potencia de Dios.
 
Jesús resuelve aquella situación liberando al niño que padece los sufrimientos de forma irremediable y provoca la pregunta de los discípulos: “¿Por qué no pudimos echarlo nosotros?”. La respuesta de Jesús a esta pregunta ofrece el fundamento de toda actuación que quiera estar en sintonía con Él: permanecer en la comunión con el Padre (oración) eliminando todo lo que obstaculiza dicha comunión (ayuno). “Todo es posible al que tiene fe”. 
 
Guiados por la sabiduría que viene de arriba, puede cada bautizado y todo hombre de buena voluntad, afrontar las dificultades cotidianas, llevando a cabo un adecuado discernimiento para resolverlas y ofrecer a todos lo que cada uno necesita, en la certeza de que, la plena y consciente adhesión a Jesús, hará posible lo que humanamente aparece como imposible. Es necesario suplicar que nuestra fe crezca, se desarrolle en nosotros y podamos ser continuadores de la obra del Salvador.     
     

domingo, 24 de febrero de 2019

La solidaridad es una reacción espontánea de quien reconoce la función social de la propiedad y el destino universal de los bienes como realidades anteriores a la propiedad privada.
La posesión privada de los bienes se justifica para cuidarlos y acrecentarlos de manera que sirvan mejor al bien común.
La solidaridad debe vivirse como decisión de devolverle al pobre lo que le corresponde

El Papa Francisco

sábado, 23 de febrero de 2019

La palabra "solidaridad" está un poco desgastada y a veces se interpreta mal, pero es mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad

El Papa Francisco

viernes, 22 de febrero de 2019

Cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo

El Papa Francisco

jueves, 21 de febrero de 2019

Ni el Papa ni la Iglesia tienen el monopolio en la interpretación de la realidad social o en la propuesta de soluciones para los problemas contemporáneos

El Papa Francisco

miércoles, 20 de febrero de 2019

Buscad ante todo el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura

El Papa Francisco

martes, 19 de febrero de 2019

 Nuestra respuesta de amor a los demás no debería entenderse como una mera suma de pequeños gestos personales dirigidos a algunos individuos necesitados, lo cual podría constituir una "caridad a la carta", una serie de acciones tendentes sólo a tranquilizar la propia conciencia

El Papa Francisco

lunes, 18 de febrero de 2019

Evangelizar es hacer presente en el mundo el Reino de Dios

El Papa Francisco

la salvación es siempre universal

En aquel tiempo, dejó Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua.  Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá», esto es: «Ábrete.» Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos.» 
El Evangelio nos presente una de las varias curaciones que hace Jesús en territorio pagano y a personas que no profesaban la fe de Israel. Es más, viene justamente después del impresionante testimonio de la cananea que se atreve incluso a replicar a Jesús cuando le reprocha no ser judía.

Y es que la Salvación es siempre universal. Jesús sobrepasa el ámbito salvífico de Israel porque lo que le interesa es el hombre allí donde se encuentre, especialmente los que más sufren. El protagonista es sordo y mudo, tiene pues, la totalidad del mal que le aprisiona y no le deja vivir ni expresarse. Y Jesús le ordena que se “abra” a la Salvación, no ya de su enfermedad, sino de toda su vida.

Es un gran Milagro, pero, Jesús les pide que no hablen de ello. Es muy significativo que haga hablar al mudo, para que ahora le pida silencio. A él y a los demás. El evangelista quiere hacernos ver que el verdadero milagro es la Conversión integral, no simplemente una curación espectacular… pero que no abre los corazones a Dios.

domingo, 17 de febrero de 2019

Más que nunca, necesitamos hombres y mujeres para cuidar las ovejas que nos confían de los lobos que intentan disgregar el rebaño. Necesitamos escuchar más que oir

El Papa Francisco

sábado, 16 de febrero de 2019

El mayor riesgo para un predicador es acostumbrarse a su propio lenguaje y pensar que todos los demás lo usan y lo comprenden espontáneamente

El Papa Francisco

viernes, 15 de febrero de 2019

Recordemos que nunca hay que responder preguntas que nadie se hace; tampoco conviene ofrecer crónicas de la actualidad para despertar interés: para eso ya están los programas televisivos

El Papa Francisco

jueves, 14 de febrero de 2019

El predicador necesita también poner un oído en el pueblo, para descubrir lo que los fieles necesitan escuchar

El Papa Francisco

miércoles, 13 de febrero de 2019

Nos hace bien renovar cada día, cada domingo, nuestro fervor al preparar la homilía, y verificar si en nosotros mismos crece el amor por la Palabra que predicamos

El Papa Francisco 

martes, 12 de febrero de 2019

Con mucho cariño quiero recordar a los párrocos la necesidad de dedicar un tiempo de calidad a preparar las homilías

El Papa Francisco

lunes, 11 de febrero de 2019

Aun las veces que la homilía resulte algo aburrida, si está presente un espíritu materno-eclesial, siempre será fecunda, así como los aburridos consejos de una madre dan fruto con el tiempo en el corazón de los hijos

El Papa Francisco

domingo, 10 de febrero de 2019

Si la homilía se prolongara demasiado, afectaría dos características de la celebración litúrgica: la armonía entre sus partes y el ritmo

El Papa Francisco

sábado, 9 de febrero de 2019

La homilía es la piedra de toque para evaluar la cercanía y la capacidad de encuentro de un Pastor con su pueblo

El Papa Francisco

viernes, 8 de febrero de 2019

Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, hay una forma de predicación que nos compete a todos como tarea cotidiana. 
Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos

El Papa Francisco

jueves, 7 de febrero de 2019

La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de los bautizados

El Papa Francisco

miércoles, 6 de febrero de 2019

La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita

El Papa Francisco

Dios no se equivoca


Hace mucho tiempo, en un reino distante, había un rey que no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. En todas las situaciones decía:
- ¡Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto. Él nunca se equivoca! Un día el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla le atacó.

 El súbdito consiguió matar al animal, pero no evitó que Su Majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a éste:
- Y ahora, ¿qué me dices? ¿Dios es bueno? Si Dios fuese bueno yo no hubiera sido atacado, y no hubiera perdido mi dedo.

El siervo respondió:
- Rey mío, a pesar de todas esas cosas, solamente puedo decirle que Dios es bueno, y que quizás eso, perder un dedo, sea para su bien. Todo lo que Dios hace es perfecto. ¡Él nunca se equivoca! El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó que fuese preso a la celda más oscura y más fétida del calabozo. Después de algún tiempo, el rey salió nuevamente para cazar, y fue atacado, esta vez, por una tribu de indios que vivían en la selva. Estos indios eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses.

Inmediatamente después de que capturaran al rey, comenzaron a preparar, llenos de júbilo, el ritual del sacrificio. Cuando ya tenían todo listo, y el rey estaba delante del altar, el sacerdote indígena, al examinar a la víctima, observó furioso:
- ¡Este hombre no puede ser sacrificado, pues es defectuoso! ¡Le falta un dedo! Por este motivo, el rey fue liberado.

Al volver al palacio, muy alegre y aliviado, liberó a su súbdito y pidió que fuera a su presencia. Al ver a su siervo, le abrazó afectuosamente diciendo:
- ¡Querido, Dios fue realmente bueno conmigo! Debes haberte enterado ya de que escapé justamente porque me faltaba uno de mis dedos. Pero ahora tengo una gran duda en mi corazón: si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que estuvieses preso, tú que tanto lo defendiste?

El siervo sonrió, y dijo:
- Rey mío, si yo hubiera estado junto con usted en esa caza, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, ¡ya que no me falta ningún dedo! Por lo tanto, acuérdese siempre: ¡todo lo que Dios hace es perfecto, él nunca se equivoca!

martes, 5 de febrero de 2019

No se pueden llenar los seminarios con cualquier tipo de motivaciones, y menos si éstas se relacionan con inseguridades afectivas, búsquedas de formas de poder, glorias humanas o bienestar económico

El Papa Francisco

lunes, 4 de febrero de 2019

¡Qué bueno es que los jóvenes sean "callejeros de la fe", felices de llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincón de la tierra!

El Papa Francisco

Ser sembradores

Hoy, el Reino de Dios nos invita a repartir su semilla y nos pone en las manos una cantidad de ellas. Y empieza nuestra tarea: ser sembradores.

Pero también, si escuchamos a muchos co-sembradores, oiremos muchos lamentos y pocas alegrías. Es muy frecuente que luchadores, catequistas, formadores y predicadores, nos lamentemos porque después de muchas semanas, puede que años, sembrando, no vemos brotar las semillas, no llegamos a ver las cosechas y el desánimo termina adueñándose de nosotros.

Nos falta fe en lo que hacemos. Somos ayudantes del Sembrador, labradores vicarios cuya misión no es recoger la cosecha, sino sembrar con la fe suficiente para saber que, si hemos plantado una buena semilla, ésta germinará en lo oculto y un día brotará y dará fruto.

Dios cuida la semilla, pone el agua y el sol para hacerla fecunda.

No nos corresponde forzar la germinación de la semilla, sino sembrarla y esperar, seguros, que un día, el dueño de la mies podrá recogerla, y el Reino de Dios comenzará a vivir entre nosotros.

Es posible que estemos pensando en el Reino de Dios como en un ente extraño, ajeno a nosotros y estamos equivocados. Nosotros, cada uno de nosotros, somos piedras vivas de ese Reino.

El triunfo del Reino no vendrá dado desde fuera, porque no hay tal reino ajeno al hombre, sino que está construido, fundamentado en Dios, con cada uno de nosotros.

No debemos quejarnos porque no vemos germinar las semillas plantadas.

Cada uno de nosotros somos el resultado de una semilla que germinó y de nosotros depende crecer como la mostaza hasta ser refugio y protección para que los frutos de otras semillas puedan crecer, fortalecerse y crecer a su vez hasta hacerse refugio y protección de una generación posterior, haciendo que día a día, uno a uno, todos unidos, hagamos presente en este mundo el Reino de Dios.

Todos estamos en las manos del Señor. Él es quien nos salva si nosotros queremos ser salvados, porque el Señor siempre camina a nuestro lado, atento a nuestros tropiezos para darnos la mano y sacarnos del apuro, librarnos de los malvados y asegurar nuestra salvación.

domingo, 3 de febrero de 2019

Las reivindicaciones de los legítimos derechos de las mujeres plantean en la Iglesia profundas preguntas que no se pueden eludir superficialmente.
 El sacerdocio reservado a los varones, como signo de Cristo Esposo que se entrega en la Eucaristía, es una cuestión que no se pone en discusión. 
Pero en la Iglesia las funciones no dan lugar a la superioridad. Y una mujer, María, es más importante que los obispos

El Papa Francisco

sábado, 2 de febrero de 2019

Todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia. Porque "el genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales

El Papa Francisco

viernes, 1 de febrero de 2019

La formación de laicos y la evangelización de los grupos profesionales e intelectuales constituyen un desafío pastoral importante

El Papa Francisco