viernes, 30 de noviembre de 2018

La disciplina es el puente entre las metas y los logros.

Santa Teresa de Calcuta

En medio de este mundo

Los apóstoles se consideraban afortunados de poder ser perseguidos y martirizados por causa de Cristo. Seamos nosotros, también, considerándonos afortunados por el hecho de poder ser Testigos de Jesús en medio de este mundo, cada vez más paganizado, en el que se adora, cada vez más, a otros "dioses" que no tienen nada que ver con la Verdad de Jesús.

¿Seremos capaces de vencer a la bestia, como indica el libro del apocalipsis? ¿Nos mantendremos firmes en nuestra fe ante las adversidades? ¿Entendemos que Jesús estará con nosotros hasta el fin de los tiempos?

"Grandes y maravillosas son TUS obras, Señor, Dios todopoderoso; justo y verdadero TU proceder, Rey de las naciones.  ¿Quién no TE respetará, Señor?  ¿Quién no TEalabará?  Ya que sólo  eres santo,  y todas las naciones  vendrán a adorarte,  porque TUS justas sentencias han quedado patentes".  Apocalipsis 15

jueves, 29 de noviembre de 2018

Los árboles, las flores, las plantas crecen en silencio. Las estrellas, el sol, la luna se mueven en silencio. 
El silencio nos da una nueva perspectiva.

Santa Teresa de Calcuta

Noticias

En esta época nuestra, donde cada día al leer la prensa, al oír la radio, al ver los telediarios… la inmensa mayoría de las noticias que nos brindan son malas noticias, de corrupciones, de enfrentamientos políticos, de 815 millones de seres humanaos que pasan hambre diariamente, de guerras, de emigrantes obligados a salir de su país con el futuro incierto de encontrar un país de acogida, de millones que sufren el paro y el descarte… escuchar las dos lecturas de hoy tiene que reconfortar nuestros oídos y nuestro corazón.

Ciertamente al hablar del final de los tiempos su lenguaje es apocalíptico y tremendista. Pero el contenido de sus palabras es capaz de llenar de esperanza fundada el corazón de toda persona humana.  Pues proclama la destrucción de Babilonia, la gran ciudad, la gran prostituta, la que se ha alejado y lucha contra Dios… El mal, símbolo de esa ciudad, y el que nos hace sufrir tanto en sus diversas manifestaciones va a ser aniquilado para siempre. El Hijo del hombre, que también esHijo de Dios, vendrá “con gran poder y gloria” y vencerá al mal, a todo lo que hace mal y daño al hombre. “Levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”.

La vida humana no se agota en esta tierra. Tiene un segundo tiempo donde todo lo que nos hace sufrir va a desaparecer. Nos espera un segundo tiempo, un segundo mundo, donde Dios y solo Dios, que es Amor va a reinar. “Venid, benditos de mi Padre a disfrutar del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”. 


«El Señor es bueno, su misericordia es eterna, su fidelidad por todas las edades.» Dichosos los invitados al banquete de bodas del CorderoSalmo 99.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Algunas personas vienen a nuestra vida como bendiciones. Algunas vienen a nuestra vida como lecciones.

Santa Teresa de Calcuta

No tengáis pánico.



No tengáis pánico es el mensaje que Jesús deja como enseñanza ante el fin del mundo. Lo dirige a sus discípulos y a todo el mundo. Mientras todos admiraban la belleza del templo. Y es lo que va a ocurrirle, su muerte en la cruz. Es el final de la enseñanza pública de Jesús. El hombre se encargará de aniquilar en su presencia lo que viene de Dios: su palabra, sus gestos de amor, los milagros de cada día. A cambio propondrá destrucción. El mundo se condenará por sí mismo. El testimonio será el hombre en una cruz.

No tener pánico significa permanecer en la confianza en Dios, él no nos dejará solos ni en la muerte ni tampoco al final de los tiempos, su promesa es para siempre, eterna.

No tener pánico nos permite interpretar cada signo de los tiempos y cada gesto de Dios con la humanidad serenamente. Lo que significa que no todo es eterno en esta tierra.

Muchos oportunistas vendrán diciendo que son el Mesías, que son ellos los que han de interpretar el final, los encargados del fin del mundo, pero no son más que embaucadores y mentirosos. El tiempo final nadie lo sabe.

Mientras a nosotros nos toca cuidarnos los unos a los otros. Vivir con fe. Cuidar la creación. No pocas veces vemos como se relaciona una inundación en época de lluvias, la subida del mar por el deshielo del polo norte, y se hace mención de cuanto le queda a la tierra de vida. Y por muchos cálculos que se hagan, no deja de ser una especulación. Es necesario tomar actitudes ecológicas que cuiden de la tierra, pero no es necesario vivir con pánico.

La tierra durará lo que tenga que durar sus días. Lo mismo que nuestra vida. Unos mueren antes de lo que se espera y otros viven una vida larga. A todos nos llegará el día del encuentro con Dios. Pero no por ello vamos a dejar de vivir. Cristo nos invita a la vida, nos invita al coraje de vivir con Dios.

«El Señor es rey, ÉL afianzó el orbe, y no se moverá; ÉL gobierna a los pueblos rectamente.»  Sal 95

martes, 27 de noviembre de 2018

Estar en el lugar indicado.


San Lucas 21,1-4
En aquel tiempo, alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: «Sabed que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»
El evangelio dice que Jesús miraba, y por ello vio, vio algo que fácilmente nos puede pasar desapercibido hoy, como lo fue ayer,  por no ser grandioso ni merecer una foto en los grandes medios de comunicación. Vio a personas ofreciendo su limosna en el templo,  a ricos y a una viuda pobre, que depositó dos pequeñas monedas. Es el contraste evangélico que existe, cuando queremos vivir la solidaridad, y se concreta entre, dar de «lo que me sobra»  o dar de «lo necesario para vivir». Lucas nos hace entrar de inmediato en una situación de vida que nos interpela con todo su dramatismo.

Jesús no nos ofrece pautas piadosas, ni actitudes moralizantes casi sedantes, sino que nos ilumina con una luz nueva, para que podamos leer a fondo y con perspectiva, las situaciones históricas en las que vivimos.
Jesús ve y elogia a la viuda pobre; ve y no puede dejar de censurar la acción de los ricos. La mirada de Jesús es  un juicio emitido sobre la relación distinta que solemos tener con los bienes, con el dinero. Un juicio que siempre resulta difícil de aceptar, que duele,  pero que,  ilumina perfectamente el gesto solidario y la actitud  del corazón de la persona.

¿En qué grupo me sitúo yo? Acojamos la luz y dejémosla iluminar nuestro vivir diario.

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes:ÉL la fundó sobre los mares, ÉL la afianzó sobre los ríos. Sal 23 
El amor es un fruto que madura en todas las estaciones y que se encuentra al alcance de todas las manos.

Santa Teresa de Calcuta

lunes, 26 de noviembre de 2018

El trabajo sin amor es esclavitud.

Santa Teresa de Calcuta

Lo que hemos experimentado.



Sabemos eso de que si hay dos personas en una habitación y en ella hay una lámpara de dos colores, dependiendo del lugar en el que esté situada cada una de estas personas puede tener una visión diferente de un mismo hecho, todos damos nuestra opinión según lo que vemos, experimentamos… pero también según estemos nosotros en ese momento y así transmitimos lo vivido.

Quien disfruta con la lluvia, en un día soleado puede que no esté de tan buen humor, pero en un día de lluvia se transforma su cara con una gran sonrisa. Aquellos que no son amantes de los días lluviosos lo vivirán de forma contraria, pero eso no significa que no hayan de vivir ambas experiencias, porque de esta manera sabrán con cuál se queda.

Estamos llegando al final del año litúrgico, comenzaremos un ciclo nuevo, llega el Adviento, tiempo de espera y esperanza, de hacer todo nuevo para que la vida nos sorprenda con nuevas experiencias y nos llene de energía, también se nos irán quedando por el camino parte de nuestra existencia, pero está en nosotros saber nutrirnos de lo experimentado para que podamos afrontar nuevos retos.

¿Sabes disfrutar de la frescura de la lluvia y de la energía del calor del sol? ¿Te rindes ante las experiencias complicadas y sólo sabes sacar enseñanzas de las gratificantes?

Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. Salmo  1.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Para que el amor sea verdadero, nos debe costar. Nos debe doler. Nos debe vaciar de nosotros mismos.

Santa Teresa de Calcuta

sábado, 24 de noviembre de 2018

Hay una cosa muy bonita: compartir la alegría de amar

Santa Teresa de Calcuta

viernes, 23 de noviembre de 2018

No necesitamos armas y bombas para llevar la paz, necesitamos amor y la compasión.

Santa Teresa de Calcuta

GRACIAS.



Gracias, sería una nueva palabra que podíamos agregar a nuestro diccionario diario. Pero no solo decirlo, es necesario que esa palabra nazca del silencio, después de tomar conciencia que somos consentidos de Dios, que se nos regala Él mismo en cada Eucaristía, en cada Evangelio.

Es curioso... pero también Dios nos da las gracias, porque nos bendice (bien dice), porque habla bien de nosotros y cuando damos gracias se multiplican las bendiciones y tenemos más para repartir y regalando lo que Dios nos da, más crecemos, somos más cristianos, “somos más divinos”.

Si aprendemos a agradecer, nos daremos cuenta que en nuestro corazón aumenta el deseo de servir, es decir de donarse. Decir gracias a cada regalo nos conduce a la paz y a la alegría y es que en el mundo siempre hay más bien que mal, hay más personas buenas que malas y a nosotros Dios nos ha rodeado de personas maravillosas.

Es cierto que tenemos heridas... pero son buenas. Yo mismo soy una persona herida que busca bálsamo para sus heridas y solo en la gratuidad va uno encontrando la alegría siempre nueva del que se encuentra con la sorpresa del regalo.

Ser consciente de que si hoy puedo caminar... ¡cómo lo he de agradecer! Darme cuenta que si puedo ver... ¡cuánto he de agradecer! Darme cuenta que si puedo oír... Todo es regalo, todo tiene su encanto, todo tiene su sorpresa.

Porque el amor hace nueva todas las cosas, el amor hace eterno el instante y es desde ahí donde puedo agradecer.

Gracias, la palabra puede no decirnos nada... pero unida a nuestra existencia puede decirlo todo porque toda nuestra vida será justamente eso "una acción de gracias" después de todo la misma Eucaristía es eso... "ACCIÓN DE GRACIAS".

Toda la vida como un don… Pero es cierto que hay que pasar por la experiencia de la ausencia del don para darse cuenta del valor de la presencia, es necesario, vivir la ausencia del don, para ser consciente de que nada nos corresponde como mérito, que he correspondido muy poco para lo mucho que se me ha dado.

Dios nos quiere libres y un corazón agradecido no está atado a la criatura porque bien sabe que no es dueño sino solo administrador de todos los bienes que Dios le ha querido compartir.... y hemos de dar gracias también por nuestras limitaciones que nos hacen vivir en la realidad humana y no angelical y que nos permite vivir en humildad, sabiendo que no merecemos sino que todo se nos da por amor.

Que nuestra vida sea Eucarística y al final sea una acción de gracias y podamos dejar está vida con estas palabras: "gracias Padre porque así te pareció bien... "
"Porque yo sé los planes que tengo para vosotros--declara el Señor--"planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza."  Jeremías 29:11

"El que tenga oídos para oír, que oiga."  Marcos 4,1-20

jueves, 22 de noviembre de 2018

Hoy es día de bendecir y ser bendecido.


Cuando disponemos nuestro corazón para bendecir a las personas con quienes convivimos, la luz de Cristo nos cubre y, pasamos a ver la vida y a las personas con una nueva óptica. Muchas veces, nuestros sinsabores, nuestros negativismos y las críticas oscurecen nuestra visión y nuestro corazón y nos tornamos incapaces de ver las cosas como ellas son.
Somos invitados por Dios a mirarnos, a mirar a las personas y el mundo que nos rodea, con la mirada de Jesús. Solamente con el auxilio de la gracia de Dios seremos capaces de percibir lo bonita que es la vida, aunque las dificultades golpeen nuestra puerta. Cultivemos el buen humor, la alegría y disposición de amar y bendecir a los demás.
Hoy no puede ser solamente más un día de nuestra vida. Hagamos un firme propósito de bendecir y decir palabras de ánimo, de consuelo al prójimo.
Estés seguro que seremos nosotros los primeros beneficiados por la gracia de Dios. Recemos por las personas que nos persiguen, que nos desprecian, que nos critican, que nos difaman y por quien tenemos antipatía.
Quiero, pues, que oren los hombres en todo lugar; que levanten al cielo manos limpias, sin enojos ni discusiones.  1Tim 2,8.
JESÚS, CONFÍO EN TI.

Somos invitados por Dios a mirarnos, a mirar a las personas y el mundo que nos rodea, con la mirada de Jesús.

Autor: Catholic.net | Fuente: Catholic.net
El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. 
El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio.

Santa Teresa de Calcuta

miércoles, 21 de noviembre de 2018

La ciencia más grande en el mundo, en el cielo y en la tierra; es el amor.

Santa Teresa de Calcuta

Negociad mientras vuelvo.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19, 11-28
En aquel tiempo, como ya se acercaba Jesús a Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a manifestarse de un momento a otro, él les dijo esta parábola:     "Había un hombre de la nobleza que se fue a un país lejano para ser nombrado rey y volver como tal. Antes de irse, mandó llamar a diez empleados suyos, les entregó una moneda de mucho valor a cada uno y les dijo: “Inviertan este dinero mientras regreso”.   Pero sus compatriotas lo aborrecían y enviaron detrás de él a unos delegados que dijeran: “No queremos que éste sea nuestro rey”.   Pero fue nombrado rey, y cuando regresó a su país, mandó llamar a los empleados a quienes había entregado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno.  Se presentó el primero y le dijo: “Señor, tu moneda ha producido otras diez monedas”. Él le contestó: “Muy bien. Eres un buen empleado. Puesto que has sido fiel en una pequeña cosa, serás gobernador de diez ciudades”.   Se presentó el segundo y le dijo: “Señor, tu moneda ha producido otras cinco monedas”. Y el Señor le respondió: “Tú serás gobernador de cinco ciudades”.    Se presentó el tercero y le dijo: “Señor, aquí está tu moneda. La he tenido guardada en un pañuelo, pues te tuve miedo, porque eres un hombre exigente, que reclama lo que no ha invertido y cosecha lo que no ha sembrado”. El señor le contestó: “Eres un mal empleado. Por tu propia boca te condeno. Tú sabías que yo soy un hombre exigente, que reclamo lo que no he invertido y que cosecho lo que no he sembrado, ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco para que yo, al volver, lo hubiera recobrado con intereses?”  Después le dijo a los presentes: “Quítenle a éste la moneda y dénsela al que tiene diez”. Le respondieron: “Señor, ya tiene diez monedas”. Él les dijo: “Les aseguro que a todo el que tenga se le dará con abundancia, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará. En cuanto a mis enemigos, que no querían tenerme como rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia”".   Dicho esto, Jesús prosiguió su camino hacia Jerusalén al frente de sus discípulos.

La parábola de las minas constituye una llamada a la responsabilidad del cristiano en la construcción del Reino de Dios. Jesús, con su Palabra, sus signos y su misma persona inaugura en la historia de los hombres el Reino, pero confía su crecimiento a los que le seguían, a todos y cada uno de nosotros. Y nosotros ¿qué hacemos? La mayoría se desentiende y espera que Jesús se lo dé todo ya hecho, realizado, santificado… inclusive algunos desconfían de Él y buscan no el Reino de Dios, sino otro a la medida de sus intereses… y Jesús les estorba.

Jesús, que nos conoce y quiere, nos confía el Evangelio que ha predicado para que lo hagamos extensivo a todos los hombres construyendo el Reino de Dios. A cada uno le da según sus capacidades, sus virtudes una pequeña, mediana o gran parcela para que en ella siembre y fructifique. Podría hacerlo de otro modo usando de su divinidad, imponiéndolo… pero quiere hacerlo con nosotros y nos otorga esa responsabilidad. No olvidemos que la Gloria de Dios es que el hombre viva.

La Pascua supone el verdadero comienzo de un Reino que se nos entrega. Él siempre estará con nosotros, pero al mismo tiempo nos otorga una responsabilidad concreta. Cuando vuelva como Rey, en la definitiva Parusía, nos pedirá cuentas. ¿Hemos trabajado nuestra parcela? ¿Acaso nos hemos limitado a dejarla como nos la dio, inculta? En la repuesta, y hemos de darla, nos va nuestra propia fe y nuestra propia vida.

¿Me imaginado alguna vez cómo es la Gloria de Dios?
¿Soy consciente de las minas que el Señor me ha dado?
¿Cómo trato de emplearlas en la construcción del Reino?

D. Carlos José Romero Mensaque, O.P.: Fraternidad Fray Bartolomé de las Casas (Sevilla)

"Por mi vida, dice el Señor, que yo no me complazco en la muerte del pecador, sino en que del pecador cambie de conducta y viva"  Ez. 33, 11

 El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. Salmo 144

"Los  que siembran con lágrimas, cosecharán entre  gritos de alegría" Salmo 126

martes, 20 de noviembre de 2018

El amor comienza en casa, y no es lo mucho que hacemos… es cuánto amor ponemos en cada acción.

Santa Teresa de Calcuta

Hoy ha sido la salvación de esta casa.


Zaqueo quiere ver pasar a Jesús, trataba de distinguirlo, pero la multitud se lo impedía. Su baja estatura, su limitación no le permitía poder adivinar el paso de Jesús. Necesita subirse a una higuera para  poder vislumbrar de una manera más certera la realidad de la vida, la realidad de una persona.

Porque a veces la gente nos ahoga, la vida nos ahoga, los problemas nos ahogan, y hemos de elevarnos para poderlos distinguir, y solucionarnos. Desde arriba la vida se ve diferente. Los problemas se hacen más pequeños, y a la gente se le ve en su verdad.

Podemos referir la expresión “bajo de estatura” no sólo a la cuestión física. Lo podemos indicar también a la altura moral que puede tener una persona. Y Zaqueo, al ser cobrador de impuestos era mirado con recelo entre todos, ya que se enriquecía a cuenta del sacrificio de muchos.

Zaqueo pasa de ser mero espectador a ser protagonista al ser llamado por Jesús: Hoy tengo que alojarme en tu casa. Porque el encuentro con Jesús pasa por establecer la morada en él. En Zaqueo se expresa la alegría, y el fruto de esa alegría es el desprendimiento de sus bienes, el restituir a los pobres lo que le ha robado. El encuentro con Jesús no lo dejó igual, lo transformó en una persona caritativa y alegre. Por eso Jesús proclama como una bienaventuranza: “Hoy ha sido la salvación de esta casa”.

Muchos de nosotros necesitamos distinguir quién es Jesús en nuestra vida. Identificarlo en nuestro tiempo, y subirnos a lo alto es la única alternativa que nos queda, ante la vida aglomerada. Necesitamos como Zaqueo elevarnos de las circunstancias que nos rodean y no nos permiten ver en qué momento Dios ha estado presente en nuestras vidas reanimándonos, alegrándonos la existencia.

Fr. Alexis González de León O.P.: Convento de San Pablo y San Gregorio (Valladolid)

El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a MÍ.  
Sal 14.

Quien tenga oídos, oiga lo que dice el Espíritu.  Apocalipsis 3

lunes, 19 de noviembre de 2018

Sabemos muy bien que lo que estamos haciendo no es más que una gota en el océano. 
Pero si esa gota no estuviera allí, al océano le faltaría algo.

Santa Teresa de Calcuta

Robustos en la fe, en el amor y en la paciencia


San Pablo da consejos a Tito en esta carta sobre la sana doctrina, y las actitudes que la acompañan desde la coherencia. En ella le pide que enseñe a los ancianos para que sean robustos en la fe, en el amor y en la paciencia.

Porque la fe puede ser fácil de perder si no se alimenta de la sana doctrina, la que Jesús predicó, y nos dio como salvación. Y la fe por otra parte requiere ser compartida y mostrada con gestos claros de amor. Una fe sin caridad es una fe vacía, sin contenido. Pero para mostrar nuestra fe, que necesita del amor, se requiere de la paciencia. Una virtud escasa en este tiempo donde la inmediatez se ha vuelto una exigencia: “Si todo no nos es dado ahora mismo, entonces carece de sentido”. Haciendo así de la espera una cuestión irrealizable.

¿La paciencia es una virtud perdida? Puede serlo si sólo miramos a nuestras necesidades personales como la única forma de relación. La paciencia se pierde si no sé esperar el tiempo de mi hermano, a su acontecimiento, a su presencia.
Una fe robusta, impregnada de gestos de amor, destierra todo tipo de odio, actitudes chismosas y todo tipo de vicios. No tiene por qué estar referido sólo a las ancianas, como lo refiere San Pablo, en el contexto de esta carta.
Una buena enseñanza para la juventud es la búsqueda de ideas justas, presentando modelos de hombres y mujeres donde la justicia sea una causa primera por la que luchar.

El Señor es quien salva a los justos.  Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad;   sea el Señor tu delicia, y ÉL te dará lo que pide tu corazón.   Salmo  36.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Hay muchas personas dispuestas a hacer grandes cosas,
 pero hay muy pocas personas dispuestas a hacer las cosas pequeñas.

Santa Teresa de Calcuta

Los cristianos deben elegir entre la santidad o la nada.



El Papa Francisco, con motivo de la Solemnidad de Todos los Santos, asegura que, los cristianos deben elegir entre “la santidad o la nada”, porque “Dios lo pide todo y, a cambio, ofrece la felicidad para la que hemos sido creados”.

El Santo Padre, que aseguró,  que “estamos unidos a todos ellos”, se refirió a la lectura del Libro del Apocalipsis, “que nos habla del cielo y nos pone delante de ‘una multitud inmensa’, incalculable, ‘de toda nación, tribu, pueblo y lengua’”.

Esa multitud, explicó el Papa, “son los santos. ¿Qué es lo que hacen allí arriba? Cantan juntos, dan gloria a Dios con alegría”.  

“Sería bueno escuchar sus cantos…”, sugirió Francisco. “Nos los podemos imaginar. ¿Sabéis cuándo? Durante la Misa, cuando cantamos ‘Santo, santo, santo es Señor Dios del universo…’. Es un himno, dice la Biblia, que procede del cielo, que se canta allí. Por lo tanto, cantando el ‘Santo’, no pensamos solo en los santos, sino que hacemos lo que hacen ellos. En ese momento, en la Misa, estamos unidos a ellos más que nunca”.

Sin embargo, esos santos a los que hace referencia esta solemnidad de Todos los Santos, no son solo los proclamamos por la Iglesia, sino también todos los anónimos. “Estamos unidos a todos ellos”, aseguró el Pontífice. “No solo a aquellos que son más conocidos del calendario, sino también a aquellos ‘de al lado’, a nuestros familiares y conocidos que ahora forman parte de aquella multitud inmensa”.

Por lo tanto, “es fiesta de familia. Los santos son cercanos a nosotros, de hecho, son nuestros verdaderos hermanos y hermanas. Nos entienden, nos quiere, saben qué es lo que nos hace bien, nos ayudan, están pendientes de nosotros. Son felices y nos quieren felices con ellos en el paraíso”.

“Por ello, nos invitan a seguir el camino de la felicidad indicada en el Evangelio”. “Pero, ¿cómo? El Evangelio dice bienaventurados los pobres, mientras el mundo dice bienaventurados los ricos. El Evangelio dice bienaventurados los humildes, mientras que le mundo dice bienaventurados los prepotentes. El Evangelio dice bienaventurados los puros, mientras el mundo dice bienaventurados los astutos y hedonistas”.

El Papa invitó a “preguntémonos de qué parte estamos: ¿de la parte del cielo o de la parte del mundo? ¿Vivimos para el Señor o para nosotros mismos? ¿Para la felicidad eterna o para alguna satisfacción inmediata? Preguntémonos: ¿Queremos de verdad la santidad? ¿O nos contentamos con ser cristianos sin infamia ni alabanza, que creen en Dios y aprecian al prójimo, pero sin exagerar?”.

“El Señor lo pide todo, y aquello que ofrece es la verdad, la felicidad plena para la cual hemos sido creados. ¡En definitiva, o santidad o nada! Nos hace bien dejarnos provocar por los santos, que no han vivido a medias y que desde el cielo nos alientan para que optemos por Dios, por la humildad, por la mansedumbre, por la misericordia, por la pureza, para que nos apasionemos por el cielo más que por la tierra”.

“Hoy, estos hermanos y hermanas nos piden que escuchemos de nuevo el Evangelio y lo pongamos en práctica, que nos encaminemos hacia el camino de la Santidad. No se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de seguir cada día este camino que nos lleva al cielo, en familia, a casa. Hoy, por lo tanto, contemplamos nuestro futuro y festejamos aquello para lo cual hemos nacido: hemos nacido para no morir nunca más, hemos nacido para gozar de la felicidad de Dios”, finalizó el Papa.


Dichoso el que camina en la voluntad del Señor. Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor. Dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón. Sal 118

sábado, 17 de noviembre de 2018

Muchas veces basta una palabra, una mirada, un gesto, para llenar el corazón del que amamos.

Santa Teresa de Calcuta

viernes, 16 de noviembre de 2018

Darle a alguien todo tu amor nunca es garantía de que él también te amará; pero no esperes que te amen, solo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona. 
Y si no crece, sé feliz porque creció en el tuyo.

Santa Teresa de Calcuta

Las tres plenitudes.


Habla San Alberto Magno que existen tres géneros de plenitudes: "la plenitud del vaso, que retiene y no da; la del canal, que da y no retiene, y la de la fuente, que crea, retiene y da". ¡Qué tremenda verdad!

Efectivamente, yo he conocido muchos hombres-vaso. Son gentes que se dedican a almacenar virtudes o ciencia, que lo leen todo, coleccionan títulos, saben cuánto puede saberse, pero creen terminada su tarea cuando han concluido su almacenamiento: ni reparten sabiduría ni alegría.

Tienen, pero no comparten. Retienen, pero no dan. Son magníficos, pero magníficamente estériles. Son simples servidores de su egoísmo.
También he conocido hombres-canal: es la gente que se desgasta en palabras, que se pasa la vida haciendo y haciendo cosas, que nunca rumia lo que sabe, que cuanto le entra de vital por los oídos se le va por la boca sin dejar pozo adentro. Padecen la neurosis de la acción, tienen que hacer muchas cosas y todas de prisa, creen estar sirviendo a los demás pero su servicio es, a veces, un modo de calmar sus picores del alma. Hombre-canal son muchos periodistas, algunos apóstoles, sacerdotes o seglares. Dan y no retienen. Y, después de dar, se sienten vacíos.

Qué difícil, en cambio, encontrar hombres-fuente, personas que dan de lo que han hecho sustancia de su alma, que reparten como las llamas, encendiendo la del vecino sin disminuir la propia, porque recrean todo lo que viven y reparten todo cuanto han recreado. Dan sin vaciarse, riegan sin decrecer, ofrecen su agua sin quedarse secos. Cristo -pienso- debió ser así. Él era la fuente que brota inextinguible, el agua que calma la sed para la vida eterna. Nosotros -¡ah!- tal vez ya haríamos bastante con ser uno de esos hilillos que bajan chorreando desde lo alto de la gran montaña de la vida.

Autor: Padre José Luis Martín Descalzo

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob. Sal 145

jueves, 15 de noviembre de 2018

La alegría es fuerza.

Santa Teresa de Calcuta

La fuerza del Espíritu nos hace mejores.



San Pablo, una vez más, nos marca las pautas para nuestra vida. En cuatro palabras nos dice cómo debe ser nuestro comportamiento, tanto público como privado. La concordia. La unidad, el respeto, la obediencia… son las claves de un mundo mejor.

Pero no basta con nuestras obras, no es suficiente con nuestras intenciones, será gracias “al baño de nuestro segundo nacimiento” (el Bautismo) como lograremos colaborar para que la sociedad sea más justa en sentido amplio. Esa es la clave: cuando aparece en nuestro camino la bondad de Dios a través de Cristo nuestra vida se transforma y pasamos a ser herederos de la vida eterna, al tiempo que somos agentes necesarios para conseguir que el Reino de Dios se extienda sobre la tierra.

Los cristianos no podemos, ni debemos, guardarnos para nosotros el mensaje de Jesús, la alegría del Evangelio; tenemos que contribuir con nuestras obras a que todos lo conozcan ¡Somos la sal de la Tierra! Y contamos con la fuerza del Espíritu Santo para llevar a cabo nuestra tarea. No estamos solos en medio del mundo, somos una familia y Dios está con nosotros.

“El Señor es mi pastor, nada me falta” vamos a leer hoy en el salmo, una vez más la liturgia pone ante nosotros una sutil lección de vida.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

Lo que se tarda años en construir, puede ser destruido durante una noche; 
construyamos de todos modos.

Santa Teresa de Calcuta

martes, 13 de noviembre de 2018

Yo puedo hacer cosas que tú no puedes, tú puedes hacer cosas que yo no puedo;
juntos podemos hacer grandes cosas.

Santa Teresa de Calcuta

¿Cómo se ama a Dios y al prójimo?



El Papa Francisco explicó cómo se ama a Dios y al prójimo, un mandato de Cristo que caracteriza a los discípulos del Señor.

“Sería ilusorio pretender amar al prójimo sin amar a Dios y sería también ilusorio pretender amar a Dios sin amar al prójimo. Las dos dimensiones (…) caracterizan al discípulo de Cristo” y “son inseparables. De hecho, se sostienen una a la otra”, dijo el Papa desde una de las ventanas del Palacio Apostólico.

El Santo Padre resaltó que “amar a Dios es vivir de Él y para Él, por aquello que Él es y hace. Y nuestro Dios es donación sin reservas y perdón sin límites, es relación que promueve y hacer crecer”.

“Por eso amar a Dios quiere decir invertir todos los días las propias energías para ser sus colaboradores en el servir sin reservas a nuestro prójimo, en buscar perdonar sin límites y en cultivar relaciones de comunión y de fraternidad. El evangelista Marco no se preocupa en especificar quien es el prójimo porque el prójimo es la persona que encuentro en el camino de mis días”.

Francisco precisó que “no se trata de preseleccionar a mi prójimo, esto no es cristiano; sino que se trata de tener ojos para verlo y corazón para querer su bien. Si nos ejercitamos para ver con la mirada de Jesús, podremos estar siempre a la escucha y cerca de quien tiene necesidad. Las necesidades del prójimo reclaman ciertamente respuestas eficaces, pero primero exigen compartir”.

“Con una imagen podemos decir que el hambriento necesita no solo un plato de comida sino también una sonrisa, ser escuchado y también una oración hecha juntos”, indicó el Papa.

Tras precisar que el Evangelio invita a la cercanía fraterna y a la ternura, el Pontífice resaltó que se trata entonces de “evitar el riesgo de ser comunidades que viven de muchas iniciativas pero de pocas relaciones: ‘estaciones de servicio’, pero de pocas compañía en el sentido pleno y cristiano de estos términos. Dios, que es amor, nos ha creado por amor y para que podamos amar a los otros permaneciendo unidos a Él”.

“Que la Virgen María nos ayude a acoger y testimoniar en la vida de todos los días esta luminosa enseñanza, concluyó.


¿No saben acaso ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Quien destruye el templo de Dios, será destruido por Dios, porque el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo.  1 Corintios 3