viernes, 9 de noviembre de 2018

Cualquier cosa que hagáis sea sin protestas ni discusiones.



Seguramente necesitamos los consejos de Pablo, igual que lo necesitaron los cristianos de Filipo. Es posible que algunas veces nos esforcemos solo por vivir un cristianismo de normas y ritos, cerrando el paso a lo espontáneo, a lo que Dios nos trata de decir en cada momento.

Muchas veces nos resulta difícil entender que Dios es quien nos empuja al cumplimiento del deber. Un deber del amor a los hermanos. A Dios no le dicen nada nuestros complicados reglamentos que nada nos facilita en nuestra relación con el hermano y muchas veces la entorpecen. Dejemos de discutir tratando de imponer las propias opiniones y escuchemos también con amor a los demás.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?  El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? … Espera en el Señor, sé valiente,  ten ánimo, espera en el Señor.  Sal 26

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