domingo, 23 de diciembre de 2018

Descomplícate y sé feliz.



Cargar con los pasados ayeres, con sus problemas y con sus glorias suele ser una carga muy pesada. Complica nuestra vida y nos quita la oportunidad de vivir realmente nuestro presente. Hay una historia que lo ejemplifica bien. Ocurrió en un monasterio budista. El viejo guardián había muerto y se le buscaba sustituto. El Gran Maestro convocó a todos sus discípulos con el fin de encontrar entre ellos al nuevo centinela.

En pocas palabras, les explicó “Asumirá el puesto el monje que consiga resolver primero el problema que voy a presentarles”. Dicho esto procedió a colocar en una magnífica mesita ubicada en el centro del salón, un raro jarrón de porcelana adornado con una rosa amarilla de extraordinaria belleza. Se concretó a anunciar: “¡Aquí está el problema!”.

El grupo quedó intrigado y pensativo. Absorto, contemplaba la escena: la bella flor sobre el antiguo jarrón que seguramente tenía un valor incalculable. ¿Qué representaría? ¿Qué se esperaba que hicieran? ¿Cuál era realmente el enigma a descifrar? ¿Dónde estaba el problema? De pronto, de entre ellos se adelantó uno de los discípulos, sacó su espada, miró al Maestro, a sus compañeros, se dirigió al centro del salón y… ¡ZAZ! con un solo golpe lo destruyó todo, jarrón y flor.

El Maestro exclamó: ¡Tú eres el nuevo Guardián! La idea es que aún si el problema es algo lindísimo, si es un problema, si es algo insano que no es de acuerdo a la verdad y a los verdaderos valores,  necesitamos eliminarlo. Por lindo que sea o haya sido, si no es lo correcto y sano para  nuestra vida, debe ser suprimido.

Muchas personas cargan la vida entera con recuerdos y cosas que hoy solamente ocupan en nuestra mente el espacio que necesitamos para vivir intensa y realmente el presente.

Los orientales dicen “Para que bebas vino en una copa llena de té, es necesario primero tirar el té, y entonces habrá espacio para el vino”. ¿Tendremos la decisión y el valor de aplicar esta sabiduría?

Por Emilio Santamaría S: Dale Carnegie Training Honduras<noticias@dalecarnegiehn.com> a través de dehondurashn.com 

Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos. Salmo responsorial: 33

! Porque el Señor les ha dado el dominio, y el poder lo han recibo del Altísimo: ÉL examinará las obras de ustedes y juzgará sus designios.Libro de la Sabiduría 6,2-11.

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