domingo, 19 de agosto de 2018

Para que lo que suceda, sea lo mejor.


¿Alguna vez se alegró usted de haber recibido un cheque sin fondos? Déjeme contarle lo mucho que me alegré de perder en esa forma, cien Lempiras. Y de esto hace tanto tiempo, que cien Lempiras eran cincuenta dólares. Recién llegado a Honduras, había conocido ocasionalmente a un hombre que me contó sus planes de negocios. Aparentemente sabía mucho de la fabricación de cosméticos y perfumes. Solo le faltaba, me confesó, un poco de financiamiento para iniciar lo que sería sin duda una lucrativa operación. Yo tenía un pequeño ahorro y creía que lo mejor sería ponerlo en algún negocio donde pudiera redituar más que en el banco.

Cuando estaba por hablar con ese amigo sobre mis ideas de asociarme, ocurrió que un sábado a medio día llegó a mi casa. Tenía un cheque de cien Lempiras de una cliente suya, y los bancos estaban ya cerrados, ¿no podría yo cambiárselo? Se lo cambié, y el lunes antes de depositarlo, traté de confirmar los fondos. El resto lo adivina usted. El cheque no solamente no tenía fondos, sino que se trataba de una cuenta cerrada hacía varios meses, y estaba a nombre de su esposa. Averigüe algo más. Se trataba de una persona que andaba por ahí cometiendo pequeños fraudes al que se dejaba. El gran hombre de negocios en cuyas manos yo hubiera puesto mis pocos ahorros, era un pequeño truhán que ni siquiera en sus estafas podía pensar en grande. ¿Me alegré de haber perdido esos cien Lempiras? Le confieso que sí. Lo miré desde el punto de vista de una lección importante por cuyo aprendizaje tuve que pagar y que me salvó de perder mucho más, y de investigar bien de con quién debería asociarme.
David J. Schwartz, nos dijo: “Si un individuo es lo suficientemente inteligente para identificar y admitir un error, éste se convierte en instrucción, en una genuina lección educativa. Si pierde usted un empleo. Si reprueba una materia en sus estudios. Si lo abandona su gran amor. Si fracasa en una gestión. Si pierde una competencia. No deje que lo aplasten esos “infortunios”. Interprételos correctamente y verá en el fondo una lección que lo preparará para éxitos mucho mayores”.

PorEmilioSantamaríaS:DalCarnegieTrainingHonduras<noticias@dalecarnegiehn.com<mailto:noticias@dalecarnegiehn.com>>

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