martes, 23 de enero de 2018

No hay que mirar hacia atrás


Días pasado comentaba con un amigo una publicación que publiqué hace unos años (http://granodearena-m.blogspot.com.es/2013/05/subiendo-en-el-autobus.html ) y le decía que ya no puedo subir en los autobuses urbanos y que andaba con un andador por la calle, que mi parálisis se iba acentuando poco a poco; mi amigo se entristeció al saberlo; le dije que Dios quita cosas pero pone otras o, como dice una amiga “Dios cierra una puerta para abrir una ventana”: lo importante es no mirar hacia atrás pues sino se puede caer en la frustración; hay que mirar hacia delante porque nuestro Padre nos quiere y no desea nuestro mal; y sabiéndolo no tenemos que temer a nada aunque a veces cueste.
Aunque no es agradable pensar en las cosas que ya no puedo hacer, si miro hacia delante me doy cuenta lo mucho que he ganado al cambio: he ganado tranquilidad, tiempo para rezar, tiempo para dedicarlo al ciber apostolado, como me gusta decir,  tiempo a mis amigos; si estuviese todavía trabajando, no estaría en esto.
Pienso que para cada cosa hay un tiempo y querer prolongarlo es estancarse en el pasado y, en definitiva, es no querer madurar en nuestra vida. Se madura mas con golpes que te da la vida, cuando uno esta allí no se ve nada, solo dolor; es como un tunel en donde solo hay oscuridad y solo sabemos hay carretera, nos fiamos y avanzamos; esto se llama fe. 

Soy muy feliz, rabiosamente feliz, como yo digo, pues, aunque con mis problemas, sé que ocupo un lugar en mis amistades y, aunque torpe, tengo cosas que hacer: todos tenemos un sitio en la sociedad.




No hay comentarios:

Publicar un comentario