Dios para salvarnos, vino a nosotros,
vivió con nosotros en el contacto más familiar
desde la anunciación hasta la ascensión.
Para la salvación de las almas,
sigue viniendo a nosotros,
viviendo con nosotros en el contacto más estrecho
cada hora y de cada día en la santa Eucaristía.
Beato Carlos de Foucauld
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