jueves, 7 de marzo de 2019

Hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal

En la lectura del Deuteronomio, Moisés hablándole al pueblo dice: “Hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal”. La vida consiste en cumplir y obedecer los mandatos que Dios propone, amándolo. La muerte sería olvidarse de Dios, escoger vivir bajo la prosternación de otros dioses.

Todo es una elección con respecto a Dios. Dios no te impone su presencia. Te propone la vida con Él. Sin embargo, como persona, como miembro de un pueblo o de una sociedad, has de elegir SU presencia o SU ausencia para tu crecimiento.

En muchos pueblos nace la fe en Dios, en otros va muriendo lentamente. La fe es un don que recibes de Dios, que se acepta o no en libertad. La vida que Dios te ofrece con ese don es lo que aceptas o rechazas.

Pero, ¿si he elegido la ausencia de Dios? ¿Qué sentido tiene seguir echándole las culpas a ese Dios que rechazo? Probablemente sea una justificación más de mis acciones. Necesito un chivo expiatorio para no cargar con las culpas de mis decisiones. Quizás no acepte hasta qué punto puedo llegar a soportar la crueldad del hombre. Delante de nosotros tenemos la vida y el bien para escogerlo y crecer, ¿para qué optar por lo contrario?

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