El
psicólogo francés Daniel Marcelli observa
que actualmente algunos padres no pretenden tanto educar, en el sentido de
sacar fuera (ex ducere) el potencial del hijo
desde lo profundo de su ser, cuanto, más bien, atraer a sí (se-ducere) al hijo, complacerlo, saturar y prevenir cualquier
necesidad. Desorientados en su propia identidad, empantanados en una trama
emotiva, y temerosos de perder el afecto de los hijos terminan en una actitud
pasiva y permisiva.
Al permisivismo se llega desde la crisis de la autoridad;
y el permisivismo de los padres conduce como consecuencia inevitable a la
tiranía de los hijos. Es la tesis del libro de Aldo Naouri: Padres permisivos,
hijos tiranos, que relaciona la crisis
actual entre padres e hijos con la realidad política con la que se construyó
Europa en la primera mitad del siglo XX. Los países desarrollados estaban marcados
por las dictaduras y todo lo que tuviera que ver con autoridad sonaba a
autoritarismo. En este clima social, las nuevas generaciones llegaron a padres
con la teoría de la tolerancia. Según Naouri, las consecuencias están siendo
nefastas, porque esos niños a los que "nada se les impone" y a
quienes "se deja a expensas de sus deseos y pulsiones", no han
llegado a ser individuos más responsables y felices, sino que dan muestras de
angustia y egoísmo desde edades muy tempranas. En realidad, según Naouri, se
ha subvertido el principio de autoridad, de tal manera que son los padres los
sometidos al juicio de los hijos y quienes tienen que adoptar su sistema de
valores.
Realmente, si se desmonta la autoridad de los padres,
los papeles se confunden, llegando a la supremacía de los papas amiguetes, de las mamas cole-guis, rechazando
cualquier diferencia entre ellos y sus vastagos y ofreciéndoles un único credo
ultra-permisivo: ¡haz lo que te plazca! Y así, "esos adultos juveniles no
han preparado a sus crías para las tareas que les esperaban y, creyendo
alumbrar una humanidad nueva, han fabricado seres ansiosos, desamparados, a
menudo tentados por el conservadurismo a fin de compensar ese abandono" (P. Bruckner). En eso estriba el drama de las educaciones
demasiado liberales, sin prohibiciones ni límites, en que no son educaciones.
Boletín Salesiano.
septiembre 2013
Me encanto, muy interesante, me gustaría compartirlo con ciertos Padres que conozco, que están cayendo en este problema. No hay como la educación de nuestros abuelos, nuestros Padres también, pero esta generación SI que nos hemos pasado, o cuando el papa dice una cosa y la mama otra, la importancia de tener comunicación en la pareja, es de suma importancia. Que los papas caminen juntos.
ResponderEliminarSí, yo también conozco ese problema en mi trabajo. Y sobre todo si no hay apoyo entre el matrimonio. Apaga y Vámonos!. se les acaba consintiendo de todo, y al final son los hijos manejados por los padres. Cuando tratas de explicarles a ellos, te dicen: si , sí es verdad, tengo que ser más dura con ella, pero vuelven a las andadas.
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