Como ya sabéis
en octubre fui a Lourdes en peregrinación con mi madre (http://granodearena-m.blogspot.com.es/2012/10/peregrinacion-lourdes.html ). Una de las actividades que se hacen
es bañarse en las piscinas. Tengo el vago recuerdo de estar ella, pero era muy
pequeño y no me queda huella ninguna. Me apunte para ir a bañarme pero quería
saber lo que significaba, así que le pregunté a mi querido amigo Dámaso, que me
contesto su frase típica “Ven, y veras”.
Así que fuimos y
nos metimos en cola; había varias decenas de enfermos adelante nuestro, me dijo
que mientras tanto rezara: así lo hice. Había uno en su camilla, cuando le tocó
tenia la cara de preocupación, pero cuando salió estaba trasformado, cara de
sereno y de felicidad. No sé cuanto tiempo esperamos ¿una hora? ¿Hora y media?
Poco importa… estaba rezando cuando nos toco; entramos en una sala y me dijo
que me dejara hacer y orase con mas intensidad; me despojo de mi ropa; en ese
momento sentí como me quitaran todo lo mundano para quedarme solo ante Él. Una
vez llegado el momento me dí cuenta que un ayudante que había era otro amigo, Juan; así que tuve la dicha
de meterme con ayuda de dos amigos; no puedo describir lo que sentí en aquellos
minutos, solo diré como él “ven, y veras”. Recuerdo que las primeras palabras
que pude articular dije: “he estado en el cielo”.
Que gran bendición, Miguel. Me encantó el testimonio. Un abrazo hermano, Fran
ResponderEliminarMiguel!! Me ha encantado leer esto hoy de nuevo, porque la historia la conocí por Dàmaso alli y de la bendición que fue el abrir y tener la gracia de bañarse con Briatore...muchas gracias por compartirla. Ven y veràs! Asi es
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