martes, 19 de junio de 2012

Una de taxi



Una mañana cogí un taxi para ir al trabajo, y con las prisas no escribí la dirección. Lo paré, me subí y puso en marcha el tiempo, y a la hora de decir la dirección no me entendió. Le intente decir que le guiaría hasta mi destino, pero no quería pues creía que no sabía el camino. HOS PI TAL   CI VIL le decía una y otra vez, e incluso paró el motor: HOS PI TAL   CI VIL, cuando llevábamos 10 minutos, entendió pero, claro, el importe ya había subido, de modo que en mitad de camino el enseñe el dinero, y le dije que parará, que me bajaba pues no tenia para pagarle. Me llevo hasta mi trabajo, y quise que esperase para pedir dinero prestado a los compañeros: no quiso, debió darse cuenta del tiempo perdido; cogió mi dinero, y se fue.

Una enseñanza saque: Lleva apuntada la dirección.

Y a la vez siguiente, eso hice.  Preparé mi papelito la tarde anterior, y cuando no me comprendía se lo enseñaba. Una vez así lo hice, y cuando entraba al hospital le dije que parase, que me bajaba allí pues me evitaba andar un trecho. Pero cual seria mi sorpresa cuando me dijo que no,  me llevaba a Urgencias, el papel ponía: Hospital  Civil (por urgencias). Cuando llegue a urgencias, como es lógico, ya me esperaban  los celadores para ingresarme….

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