Me considero un hombre feliz, rabiosamente feliz, no tengo ningún problema grave, vivo lo mejor posible, me rio mucho, en la calle disfruto con las personas que me saludan, del sol, y de mi cervecita, porque no decirlo.
A veces pienso que piensan de mi, porque tan feliz... algunas personas dirán que no me doy cuenta de mi gran limitación, o inconsciente.
Muchas veces quisiera hablar de mi alegría de vivir. Pues radica en mi fe y esperanza en Dios, si no existiera mi vida no tendría sentido. Siempre he sido un optimista, que me gusta reir porque me siento hijo de Dios.