Recientemente mi madre y yo estuvimos en peregrinación en Lourdes; fue
maravilloso poder cerebrar Misa en la
gruta, bañarme, bendición de los enfermos… cada uno lo vivimos a nuestra
manera; el Espíritu Santo nos guía a cada uno por caminos totalmente diferente
por eso no voy a escribir sobre mi. Tan solo diré “ven y veras”. A lo mejor
otra vez escribiré sobre ello.
Desde hacia
unos meses estaba triste por mi estado físico, cada ves me cuesta mas andar, no
puedo hacer cosas que hacia antes; y estoy viendo como envejece mi madre, esto
me produce una frustración tremenda: querer y no poder; y al revés, poder
menos.
En esto que
surge la oportunidad de ir a Lourdes; lleve esto en mi “macuto” pensando
ofrecérselo a Nuestra Señora; y ¿Qué me encuentro?
Cientos y
cientos de enfermos de toda clase redondeándome, queriendome decir: “amino, ¿te
crees que eres el único?”. Si hay comunión de los Santos, pienso que hay otra
clase de comunión, la de sostenerse mutualmente: otro aspecto de la catolicidad
de nuestra Iglesia.
Han pasado
algunas semanas y podido ver un pequeño milagro: el que se lo podía constantemente:
La confianza, que es la tercera divisa de mi divisa de vida ORA LUCHA CONFÍA.
Le ruego a
Dios recordar estos días vividos cuando los ánimos se vengan abajo.