Esta voluntad de Dios sea mi alimento
de día y de noche, sin querer ni desear más
que hacer su voluntad en todas las cosas.
Y todo lo que me pase, duro o adverso, pesado o suave,
lo veré venir de las manos de Dios;
y si algo me hacen padecer las criaturas o sufrir,
veré en ello a Dios, que lo permite
porque así nos conviene.
Santa Angela de la Cruz
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