viernes, 7 de noviembre de 2014

El patriarca Fouad Twal pide el cese de la escalada de violencia en Jerusalén

MADRID, 06 de noviembre de 2014 (Zenit.org) - Jerusalén es el escenario de una nueva escalada de tensión entre israelíes y palestinos. La Ciudad Santa ha encadenado tres miércoles consecutivos de sangre y odio. Por segunda vez en dos semanas, un conductor arrolló ayer a un grupo de transeúntes en una parada de tranvía en Jerusalén en un ataque deliberado, según la policía israelí, y ha dejado al menos un muerto y varios heridos de diversa consideración. El autor del atropello murió poco despúes por los disparos de las fuerzas de seguridad.
En un comunicado oficial, el movimiento islamista Hamás ha asumido desde Gaza la autoría del ataque y ha calificado al atacante de "heroico conductor". El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha responsabilizado también al presidente palestino, Mahmud Abás, del ataque. "El atropello es el resultado directo de la instigación de Abu Mazen [Mahmud Abás]", ha asegurado Netanyahu durante la ceremonia de conmemoración del decimonoveno aniversario del asesinato del primer ministro israelí Isaac Rabin.
Este no ha sido el único lugar donde se han vivido escenas de tensión. En la ciudad vieja, el corazón de Jerusalén Este, las fuerzas de seguridad israelíes se han enfrentado a jóvenes palestinos que les lanzaban piedras.
Estos incidentes son los últimos de una escalada de violencia que comenzó la pasada semana con el intento de asesinato del rabino ultraortodoxo Yehuda Glick. Tras el ataque, la policía israelí mató a un palestino al que identificó como autor de los disparos contra el religioso y ordenó el cierre de la Explanada de las Mezquitas, lo que generó violentos disturbios.
El patriarca latino de Jerusalén, su beatitud Fouad Twal, ha mostrado su preocupación "por el estallido de la violencia y el rápido deterioro de la situación en Jerusalén". En un comunicado publicado este martes en la página web del Patriarcado, Mons. Twal ha indicado que "desde el conflicto en Gaza, Jerusalén no ha recuperado un ambiente tranquilo y pacífico".
"Los cobardes asesinatos de israelíes y palestinos continúan y, muchas veces, las víctimas son hombres, mujeres y niños inocentes", ha lamentado el patriarca latino. Estas acciones, "peligrosas y de largo alcance, amenazan a la ciudad y sus alrededores e impulsan a muchas personas a la radicalización", ha explicado.
Su beatitud ha añadido que "esta ciudad, un símbolo de la paz para millones de creyentes en todo el mundo, se ha convertido en un lugar peligroso, sumido en llamas y odio". Por este motivo, ha concluido, "la paz debe ser restaurada en Jerusalén para garantizar la seguridad de los peregrinos y sus residentes".
Es la primera vez que la explanada, conocida por los judíos como Monte del Templo, ha sido cerrada al rezo musulmán en 40 años y la primera vez que se ha impedido las visitas turísticas desde que en 2001 el ex primer ministro israelí Ariel Sharon entrara en ella, preludio de la segunda Intifada. Las autoridades israelíes han señalado "razones de seguridad" para cerrar por completo este lugar sagrado tanto para los musulmanes como para los judíos.
Por su parte, el portavoz del presidente Mahmud Abás ha asegurado que el cierre de la explanada es "una declaración de guerra" y que sólo ayudará a elevar aún más la escalada de tensión. Jordania, la autoridad encargada de garantizar la seguridad en el interior de la Explanada de las Mezquitas, ha llamado a su embajador en Israel a consultas para protestar contra las "violaciones israelíes" sin precedentes en Jerusalén y sus lugares santos.

Por Iván de Vargas

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