Cuenta la Madre Angélica (la monja americana que creó el canal
católico de televisión EWTN), en su libro Respuestas, no promesas, que un día iba paseando por la orilla del
mar. Una ola un poco más grande le salpicó. Quedó en su mano una brillante
gotita de agua; con un movimiento de la mano devolvió la gotita al mar.
Entonces entendió que Dios le decía: «Angélica, ¿serías capaz de encontrar tu
gota de agua en el mar?». «No, Señor», le respondió. «¿Seguro?». «Sin ninguna
duda». Y concluyó Dios: «pues así son tus pecados y mi Misericordia».
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