sábado, 28 de diciembre de 2013

«El lenguaje no verbal del papa Francisco denota tranquilidad, confianza y fe»

«El Papa Francisco es un comunicador nato. Si te paras a mirar la gestualidad de su cara y cómo mueve
las manos se nota que está entregándose a quienes le escuchan». Con estas palabras, el psicólogo
y experto en comunicación no verbal Daniel Blanco analiza la personalidad del papa Francisco
coincidiendo con la clausura del Año de la fe. Nacido en Mérida en la Nochebuena de 1970,
Blanco es padre de un hijo de dos años, músico en sus ratos libres y dirige en Málaga
el gabinete de psicología Comportarte.com, especializado en terapias del comportamiento


-¿Qué traducen los gestos del papa Francisco?
-
El papa Francisco es un comuni­cador nato. Si tú te paras a mirar la gestualidad de su cara y el mo­vimiento de sus manos se nota que está entregándose a quienes le' es­cuchan. Él es el emisor del mensa­je, el que trae el mensaje religioso, el que trae el mensaje católico, pero se está entregando a la persona que le escucha. Por eso dirige la mirada perfectamente al centro, por eso las manos las pone en una posición in­ferior. Cuando ponemos las manos en una posición inferior denota que estamos entregados a la persona que nos está escuchando. Si tú te fi­jas, en casi todas las apariciones del Papa, las manos están incluso por debajo del nivel de su cintura, y en el mejor de los casos, las manos se juntan; él está rogando que aquello que está diciendo sea comprendi­do, sea entendido, sea aceptado y sea de agrado.

-¿La clave está, por tanto, en que adopta una actitud secundaria, no protagonista?

-Él, en su actitud no verbal, se con­sidera papel secundario, no adopta un papel protagonista. En uno de los videos que hemos revisado hay una comparativa fantástica, sobre todo de! momento en el que es
proclamado Papa. Cuando el papa Francisco sale, no se pone en el borde del balcón, sino que se que­da sesenta centímetros por detrás, abre las manos y es un símbolo que dice: 'Aquí estoy, vamos a trabajar".

-Detengámonos en la sonrisa y en la mirada de Francisco. ¿Es­tán controladas o responden a la espontaneidad?

-Dentro del lenguaje no verbal hay una cosa que es el 'microgesto'. Es algo muy interesante de analizar. Son esos gestos minúsculos, pequeñitos, que hacemos de manera in­voluntaria y que no podemos con­trolar, porque nos salen solos: son reacciones nerviosas. Hay uno que me ha llamado especialmente la atención: y es que, cuando sonríe, lo hace de manera sincera. ¿Cómo sabemos que una persona fuerza la sonrisa? Por el movimiento de los pómulos. Cuando la sonrisa es forzada, el pómulo se queda en su sitio, no se eleva. Sin embargo, cuando la sonrisa es auténtica, el pómulo, de manera natural, se ele­va hacia arriba, como ocurre con el Papa.

-¿Y qué dicen los ojos del papa Francisco?

-El número de parpadeos que hace cuando muestra una reacción
casi siempre es un número pac La cuestión de los números pares o impares nos indica hacia qué lado del hemisferio cerebral estamos ha­ciendo referencia: al izquierdo o al derecho. Si hacemos referencia al lado izquierdo hacemos referencia a la parte lógica; si hacemos refe­rencia a la parte derecha estamos buscando la parte emocional. El casi siempre busca la parte emo­cional, por eso hace un número par de parpadeos. Por otra parte, cuando las personas están segu­ras, los movimientos oculares son estables, tranquilos, lentos y fijos. Fijémonos, por ejemplo, en el ví­deo del niño que "se coló" y llegó a la silla del Papa. Francisco cogió al niño y lo abrazó. Pero, además, cuando el Papa observó lo que pa­saba a su alrededor lo hizo con una mirada lenta, no rápida. ¿Por qué? Porque él estaba tranquilo. Confía en su equipo y en las personas que le rodean.

-¿Todos estos gestos, entonces, derivan en un sentimiento de confianza por parte de las perso­nas que le escuchan?

-El lenguaje no verbal del Papa Francisco denota tres palabras cla­ve: tranquilidad, confianza y fe.
Primera aparición del papa Francisco, el 13 de marzo de 2013. El Papa se quedó en un segundo plano y bajó la cabeza con humildad.
Un niño colombiano llegó hasta la silla del Papa en la Fiesta de la Familia del pasa­do mes de octubre. El Papa se mostró cariñoso y relaja­do en todo momento. Fran­cisco confía en su equipo.

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