miércoles, 30 de septiembre de 2015

La mentira tiene muchas facetas:
reticencia, cabildemo, murmuración...
Pero siempre arma de cobardes.

San Josemaría Escrivá

martes, 29 de septiembre de 2015

La castidad, la de cada uno en su estado:
es una triunfante afirmación del amor

San Josemaría Escrivá

lunes, 28 de septiembre de 2015


"Dadme un ejército que rece el Rosario y lograré con él conquistar el mundo". 

San Pío X

Una familia argentina cruza América en furgoneta para ver al Papa

El matrimonio y sus cuatro hijos dedicaron más de medio año, recorrieron 18 mil kilómetros y atravesaron 13 países, para participar en el Encuentro Mundial de las Familias de Filadelfia

Por Redacción

Madrid, 26 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)

Más de medio año, 18 mil kilómetros, 13 países del continente americano y un montón de aventuras a bordo de “Francisca”, la furgoneta de color blanco y verde que llevó a una familia desde Argentina hasta Filadelfia para ver al papa Francisco.

Noël Zemborain, Alfredo “Catire” Walker y sus cuatro hijos, Carmin, Mia, Dimas y Cala, son los protagonistas de esta historia. En una Kombi Volkswagen modelo 1980, cruzaron casi de punta a punta el continente con el objetivo de llegar al Encuentro Mundial de las Familias, que presidirá este fin de semana el Santo Padre.

Cuando el Vaticano anunció que el Pontífice argentino viajaría a Filadelfia, el matrimonio lo tomó como una señal, ambos decidieron que era hora decelebrar su unión como familia, juntaron los ahorros, vendieron su antiguo automóvil y compraron la Kombi.

Al principio, se alojaban en casas de familias, pero a medida que el camino avanzaba quienes les ofrecían albergue era gente solidaria que les hospedaba tras conocer su historia a través del blog del viaje.

En algunas ocasiones, llegaron a tocar el timbre de alguna parroquia, pero por muy mal que pintara la noche siempre encontraban un lugar para dormir.

La caravana luce ahora pegatinas multicolores con las banderas de los países que ha atravesado y que los pequeños, de 12, 8, 5 y 3 años, colocaban cada vez que el vehículo pasaba los controles fronterizos. Entre las enseñas se encuentran las de Bolivia, Chile, Ecuador o Costa Rica.

Después de participar en los actos del papa Francisco en Filadelfia, la familia planea visitar Nueva York, Boston y Miami, desde donde volarán a Buenos Aires.

domingo, 27 de septiembre de 2015

Hay un algo santo, divino,
escondido en las situaciones más comunes
que toca a cada uno de nosotros descubrir

San josemaria Escrivá

sábado, 26 de septiembre de 2015


Hay que darse del todo, hay que negarse del  todo:
es preciso que el sacrificio sea holocausto

San josemaria Escrivá

viernes, 25 de septiembre de 2015

Eraes calculador. No me digas que eres joven.
La juventud da todo lo que puede:
se da ella sin tasa

San josemaria Escrivá

jueves, 24 de septiembre de 2015

En la linea del horizonte, hijos míos,
parecen unirse el cielo y la tierra.
Pero no, donde de verdad se juntan
es en nuestros corazones,
cuando vivís santamente la vida ordinaria

San josemaria Escrivá

miércoles, 23 de septiembre de 2015


"Cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo a la vida". 

San Basilio Magno

martes, 22 de septiembre de 2015


"No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz". 

Madre Teresa de Calcuta

lunes, 21 de septiembre de 2015


"Se puede ser joven y moderno y, a la vez, profundamente cristiano". 

San Juan Pablo II

domingo, 20 de septiembre de 2015

sábado, 19 de septiembre de 2015

viernes, 18 de septiembre de 2015

"Nadie puede cambiar la verdad. Lo que podemos y debemos hacer es buscarla, hallarla y servirla”. 

San Maximiliano Kolbe

jueves, 17 de septiembre de 2015

Mensaje del Santo Padre por la XXIV Jornada Mundial del Enfermo

Mensaje del Santo Padre por la XXIV Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el 11 de febrero de 2016 en Nazaret, Tierra Santa

Por Rocío Lancho García

Ciudad del Vaticano, 15 de septiembre de 2015 (ZENIT.org)

“Haced lo que Él os diga”. Estas palabras de Jesús de la narración evangélica de las bodas de Caná, en las que hizo su primer milagro gracias a la intervención de su Madre, son las elegidas por el Santo Padre para meditar en la Jornada Mundial del Enfermo que será celebrada de manera solemne en Tierra Santa, el próximo 11 de febrero de 2016.

El tema elegido, indica el Mensaje del Papa, se inscribe muy bien en el marco del Jubileo extraordinario de la Misericordia. La Celebración eucarística central de la Jornada tendrá lugar en Nazaret, donde Jesús inició su Misión salvífica. El Papa explica que en Caná “se perfilan los rasgos característicos de Jesús y de su misión”. Y añade que la petición de María “hizo surgir no sólo el poder mesiánico de Jesús, sino también su misericordia”. En la “solicitud de María se refleja la ternura de Dios”.

El Papa indica que para nuestros seres queridos que sufren debido a la enfermedad pedimos en primer lugar la salud, pero el amor animado por la fe “hace que pidamos para ellos algo más grande que la salud física: pedimos una paz, una serenidad de la vida que parte del corazón y que es don de Dios, fruto del Espíritu Santo que el Padre no niega nunca a los que le piden con confianza”.

De este modo, el Santo Padre invita en su Mensaje a que en esta Jornada Mundial del Enfermo pidamos a Jesús misericordioso “que conceda a todos nosotros esta disponibilidad al servicio de los necesitados, y concretamente de nuestros hermanos y de nuestras hermanas enfermas”. Y aunque este servicio puede resultar fatigoso, pesado, “estamos seguros que el Señor no dejará de transformar nuestro esfuerzo humano en algo divino”. Por eso recuerda que también nosotros “podemos ser manos, brazos, corazones que ayudan a Dios a realizar sus prodigios, con frecuencia escondidos”, “podemos ofrecer nuestras fatigas y sufrimientos como el agua que llenó las tinajas en las bodas de Caná y fue transformada en el vino más bueno”.

Asimismo, el Santo Padre pide que “cada hospital o cada estructura de sanación sea signo visible y lugar para promover la cultura del encuentro y de la paz, donde la experiencia de la enfermedad y del sufrimiento, así como también la ayuda profesional y fraterna, contribuyan a superar todo límite y toda división”.

La enfermedad, especialmente aquella grave, recuerda el Papa, “pone siempre en crisis la existencia humana y trae consigo interrogantes que excavan en lo íntimo”. 

En estas situaciones, precisa, “por un lado la fe en Dios es puesta a la prueba, pero al mismo tiempo revela toda su potencialidad positiva”. La fe “ofrece una clave con la cual podemos descubrir el sentido más profundo de lo que estamos viviendo; una clave que nos ayuda a ver de qué modo la enfermedad puede ser el camino para llegar a una cercanía más estrecha con Jesús, que camina a nuestro lado, cargando la Cruz”, asegura el Pontífice. Y esta clave “nos la proporciona su Madre, María, experta de este camino”.

Tal y como recuerda el Santo Padre, en las bodas de Caná, “María es la mujer atenta que se da cuenta de un problema muy importante para los esposos”.

María --recuerda-- descubre la dificultad, en cierto sentido la hace suya y, con discreción, actúa rápidamente. De este modo, el Santo Padre se pregunta en el Mensaje “¿Qué enseñanza podemos obtener del misterio de las bodas de Caná para la Jornada Mundial del Enfermo?”

Así, explica que “el banquete de bodas de Caná es un icono de la Iglesia”: en el centro está Jesús misericordioso que realiza la señal; a su alrededor están los discípulos, las primicias de la nueva 
comunidad; y cerca a Jesús y a sus discípulos, está María, Madre previdente y orante. María “participa en el gozo de la gente común y contribuye a aumentarla; intercede ante su Hijo por el bien de los esposos y de todos los invitados”, asegura el Pontífice. Y Jesús --añade-- no rechazó la petición de su Madre.

Al respecto, el Santo Padre recuerda que tenemos una Madre que “tiene sus ojos atentos y buenos”,”su corazón materno está lleno de misericordia, “las manos que quieren ayudar”. Y esto, explica Francisco, “nos llena de confianza y hace que nos abramos a la gracia y a la misericordia de Cristo”. Del mismo modo, afirma que “María es la Madre ‘consolada’ que consuela a sus hijos”.

A propósito de los “sirvientes” que reciben de María la indicación, el Papa indica que estos personajes anónimos del Evangelio nos enseñan mucho. Porque no sólo obedecen, “sino que obedecen generosamente”. Si sabemos seguir la voz que dice ‘Haced lo que Él os diga’, Jesús transformará siempre el agua de nuestra vida en vino apreciado.

Finalmente, pide para todos los que están al servicio de los enfermos y de los que sufren, “que sean animados por el espíritu de María, Madre de la Misericordia”.

Leer texto completo aquí

"No hay verdadera paz si no viene acompañada de equidad, justicia y solidaridad".

 Juan Pablo II


Jesús llama a la puerta de nuestro corazón y nos pide entrar, no solamente por un día pero para siempre"

Benedicto XVI

miércoles, 16 de septiembre de 2015


La Iglesia no es la asamblea de los puros, sino el hospital de los pecadores".

 G. K. Chesterton

martes, 15 de septiembre de 2015

lunes, 14 de septiembre de 2015

El plano de santidad que nos pide el Señor
está determinado por estos tres puntos:
la santa intransigencia, la santa coacción
y la santa desvergüenza.

San Josemaría Escrivá

domingo, 13 de septiembre de 2015

sábado, 12 de septiembre de 2015

El cristiano debe ama a los demás, y por tanto,
respetarlas opiniones contrarias a las suyas,
y convivir con plena fraternidad
con quienes piensan de otro modo.

San Josemaría Escrivá

viernes, 11 de septiembre de 2015

jueves, 10 de septiembre de 2015


“Si reina la paz en tu corazón, entonces esa paz vendrá también al mundo”. 

Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)
Donde no hay mortificación, no hay virtud

San Josemaría Escrivá

martes, 8 de septiembre de 2015

Dios os llama a servirle en y desde las tareas civiles,
materiales, seculares de la vida humana;
en un laboratorio, en el quirófano de un hospital.
en la cátedra universitaria, en la fabrica,
en el taller, en el hogar de familia
y en todo el inmenso panorama del trabajo,
Dios nos espera cada día

San Josemaría Escrivá

lunes, 7 de septiembre de 2015

Cuanto mas alta se alza la estatua.
tanto más duro y peligroso es después
el golpe en la caída

San Josemaría Escrivá

domingo, 6 de septiembre de 2015

Cuando los cristianos lo pasamos mal,
es porque no damos a esta vida
todo su sentido divino.

San Josemaría Escrivá

sábado, 5 de septiembre de 2015

Contigo, Jesús, ¡qué placentero es el dolor
y qué luminosa la oscuridad!

San Josemaría Escrivá

viernes, 4 de septiembre de 2015


"La auténtica religión no apoya el terrorismo y la violencia, sino que busca promover de toda forma posible la unidad y la paz de la familia humana". 

San Juan Pablo II

El Papa explica el Jubileo de la Misericordia y el perdón del aborto


Al venerado hermano

Monseñor Rino Fisichella Presidente del Consejo pontificio
para la promoción de la nueva evangelización


La cercanía del Jubileo extraordinario de la Misericordia me permite centrar la atención en algunos puntos sobre los que considero importante intervenir para facilitar que la celebración del Año Santo sea un auténtico momento de encuentro con la misericordia de Dios para todos los creyentes. Es mi deseo, en efecto, que el Jubileo sea experiencia viva de la cercanía del Padre, como si se quisiese tocar con la mano su ternura, para que se fortalezca la fe de cada creyente y, así, el testimonio sea cada vez más eficaz.

Mi pensamiento se dirige, en primer lugar, a todos los fieles que en cada diócesis, o como peregrinos en Roma, vivirán la gracia del Jubileo. Deseo que la indulgencia jubilar llegue a cada uno como genuina experiencia de la misericordia de Dios, la cual va al encuentro de todos con el rostro del Padre que acoge y perdona, olvidando completamente el pecado cometido.

Para vivir y obtener la indulgencia los fieles están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa, abierta en cada catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano y en las cuatro basílicas papales en Roma, como signo del deseo profundo de auténtica conversión. Igualmente dispongo que se pueda ganar la indulgencia en los santuarios donde se abra la Puerta de la Misericordia y en las iglesias que tradicionalmente se identifican como Jubilares.

Es importante que este momento esté unido, ante todo, al Sacramento de la Reconciliación y a la celebración de la santa Eucaristía con un reflexión sobre la misericordia. Será necesario acompañar estas celebraciones con la profesión de fe y con la oración por mí y por las intenciones que llevo en el corazón para el bien de la Iglesia y de todo el mundo.

Pienso, además, en quienes por diversos motivos se verán imposibilitados de llegar a la Puerta Santa, en primer lugar los enfermos y las personas ancianas y solas, a menudo en condiciones de no poder salir de casa. Para ellos será de gran ayuda vivir la enfermedad y el sufrimiento como experiencia de cercanía al Señor que en el misterio de su pasión, muerte y resurrección indica la vía maestra para dar sentido al dolor y a la soledad.

Vivir con fe y gozosa esperanza este momento de prueba, recibiendo la comunión o participando en la santa misa y en la oración comunitaria, también a través de los diversos medios de comunicación, será para ellos el modo de obtener la indulgencia jubilar.

Mi pensamiento se dirige también a los presos, que experimentan la limitación de su libertad. El Jubileo siempre ha sido la ocasión de una gran amnistía, destinada a hacer partícipes a muchas personas que, incluso mereciendo una pena, sin embargo han tomado conciencia de la injusticia cometida y desean sinceramente integrarse de nuevo en la sociedad dando su contribución honesta.

Que a todos ellos llegue realmente la misericordia del Padre que quiere estar cerca de quien más necesita de su perdón. En las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia, y cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa, porque la misericordia de Dios, capaz de convertir los corazones, es también capaz de convertir las rejas en experiencia de libertad.

He pedido que la Iglesia redescubra en este tiempo jubilar la riqueza contenida en las obras de misericordia corporales y espirituales. La experiencia de la misericordia, en efecto, se hace visible en el testimonio de signos concretos como Jesús mismo nos enseñó. Cada vez que un fiel viva personalmente una o más de estas obras obtendrá ciertamente la indulgencia jubilar.

De aquí el compromiso a vivir de la misericordia para obtener la gracia del perdón completo y total por el poder del amor del Padre que no excluye a nadie. Será, por lo tanto, una indulgencia jubilar plena, fruto del acontecimiento mismo que se celebra y se vive con fe, esperanza y caridad.

La indulgencia jubilar, por último, se puede ganar también para los difuntos. A ellos estamos unidos por el testimonio de fe y caridad que nos dejaron. De igual modo que los recordamos en la celebración eucarística, también podemos, en el gran misterio de la comunión de los santos, rezar por ellos para que el rostro misericordioso del Padre los libere de todo residuo de culpa y pueda abrazarlos en la bienaventuranza que no tiene fin.

Uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida. Una mentalidad muy generalizada que ya ha provocado una pérdida de la debida sensibilidad personal y social hacia la acogida de una nueva vida. Algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo.

Muchos otros, en cambio, incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir. Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión. Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza.

El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido, sobre todo cuando con corazón sincero se acerca al Sacramento de la Confesión para obtener la reconciliación con el Padre. 

También por este motivo he decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón.

Los sacerdotes se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión verdadera para llegar a acoger el auténtico y generoso perdón del Padre que todo lo renueva con su presencia.

Una última consideración se dirige a los fieles que por diversos motivos frecuentan las iglesias donde celebran los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X. Este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie. Desde diversos lugares, algunos hermanos obispos me han hablado de su buena fe y práctica sacramental, unida, sin embargo, a la dificultad de vivir una condición pastoralmente difícil. 

Confío que en el futuro próximo se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad. Al mismo tiempo, movido por la exigencia de corresponder al bien de estos fieles, por una disposición mía establezco que quienes durante el Año Santo de la Misericordia se acerquen a los sacerdotes de la Fraternidad San Pío X para celebrar el Sacramento de la Reconciliación, recibirán válida y lícitamente la absolución de sus pecados.

Confiando en la intercesión de la Madre de la Misericordia, encomiendo a su protección la preparación de este Jubileo extraordinario.

Vaticano, 1 de septiembre de 2015.

FRANCISCUS 

jueves, 3 de septiembre de 2015


«En el oratorio rendimos a Dios el homenaje de la adoración, en el hospital le encontramos personalmente». 

San Cayetano de Thiene 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

martes, 1 de septiembre de 2015


Si supiéramos comprender, no haría falta perdonar. 

Padre Ignacio Larrañaga