martes, 7 de julio de 2015

Una niña paraguaya le pide a Francisco que sea su papá

Madrid, 06 de julio de 2015 (ZENIT.org)

“Me gustaría que seas mi papá por siempre, porque mi papá y mi mamá están en la cárcel, te quiero mucho...”. Esta es la petición al papa Francisco de Kiara, una niña de 9 años que vive en el Bañado Sur, una zona situada en la orilla del río Paraguay, y que están muy cerca del vertedero de basura Cateura de Asunción.

En un conmovedor escrito que hizo de puño y letra, la pequeña reconoce que le gustaría sentirse querida, tener una madre, un padre, un hogar. La iniciativa de escribir al Santo Padre surgió del coordinador logístico de la visita papal en el Bañado Norte, Luis Fretes, quien ideó que todos los niños del Bañado Sur hicieran sus respectivas cartas, que él se encargaría de hacer llegar al Pontífice, ya que Francisco no visitará esta zona de la ribera.

En total fueron 2.300 niños los que redactaron sus misivas, y entre todas destacó la de Kiara. “Solo escribí lo que me decía el corazón, ya que no tengo padre ni madre, vivo con mis abuelos y si le llego a ver y a hablar, con el Papa, le pediré también que le saque a mi mamá de la cárcel”, explicó la niña que está en el tercer grado de la escuela San Blas de Fe y Alegría.

Su madre está hace dos años en prisión por microtráfico, al igual que su padrastro, quien la crió desde los tres años. De su padre biológico poco sabe, ya que emigró hace mucho tiempo, señaló a los medios de comunicación locales la familia de la pequeña.

Cientos de niños de los Bañados viven no solo en medio de la miseria y las inundaciones, sino también víctimas de la venta y consumo de droga, especialmente el crack. 

La gente vive en chozas de madera terciada y láminas de cinc, y cada vez que las lluvias torrenciales provocan el desbordamiento del río Paraguay, las calles de tierra se transforman en lodazales intransitables.

El Bañado Norte es una de las zonas de pobreza extrema que el Papa visitará durante su gira por Paraguay. Ese día Kiara será presentada ante Francisco acompañada por su director de escuela, Germán Acevedo.

Por su parte, Magdalena Ramos espera llamar la atención del Pontífice cuando visite la pequeña capilla de paredes desnudas en el Bañado Norte, para que ayude a su hijo, cuyos problemas neurológicos congénitos lo tienen en cama. “Quisiera que el Papa lo vea y pida una donación de silla de ruedas y tratamiento médico”, dijo la mujer de 51 años, quien se encuentra desocupada

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