Recuerdo que
cierto día, una persona
de la parroquia se
me quejó de que ser nisliann era muy difícil, porque la fe no le
ahorraba las
dificultades de
la vida. Este amigo
no había
comprendido que
la fe no
es vivir en un
camino de rosas,
sino más bien caminar
por la vida, con una meta muy clara y sabiendo que no vamos
solos. Es caminar con
confianza, perder el
miedo al saber que vamos de la mano del Señor. De eso también nos habla hoy el
Evangelio que se proclama en la Misa dominical.
En nuestra vida hay muchos momentos en los que vamos como a oscuras,
como los discípulos en la barca, de noche. Los vientos zarandean nuestra
existencia, pero es Jesús quien en medio de la tempestad viene hacia nosotros.
Sólo nos pide que tengamos fe; que nos fiemos de Él porque, incluso donde
parece que nada tiene sentido, con la presencia del Señor las cosas cambian. Es
verdad que preferimos todos la seguridad antes que lo que se nos escapa de las
manos; pero la vida cristiana cuenta también con las piedras en el camino, las
noches oscuras, las inseguridades. Vivir la fe es como caminar sobre el agua,
pero sabiendo que Dios nos tiende la mano; Él es más fuerte que las
"tempestades" y sostiene nuestro caminar. Vivamos siempre con esa
confianza.
¡Feliz domingo y feliz semana!
José Javier García
(Sacerdote)
No hay comentarios:
Publicar un comentario