domingo, 23 de marzo de 2014

EL PAPEL ACTIVO DE LOS SALESIANOS EN DAMALA

Debido a la escalada de violencia, el 5 de diciembre familias en­teras empezaron a re­fugiarse en la casa sa­lesiana de Galabadja desde primeras horas de la mañana, cuando la ciudad sintió los pri­meros disparos de ar­mas de fuego. Muchas personas llegaron ya heridas pero Cruz Roja, debido a la fal­ta de combustible, no pudo llegar a la obra. Algunos heridos que fueron al dispensario murieron a pesar de los intentos de los enfermeros. Al final del primer día de miedo los refugiados eran ya 2.000, dispuestos a vivir en condiciones sanita­rias críticas con el fin de sentirse más protegidos.
Ese fin de semana los refugiados de Galabadja llegaron a cerca de 8.000 personas; en Damala, la otra obra salesiana presente en la capital, eran ya alrededor de 13.000 personas las desplazadas que acogía el centro. Uno de los misioneros en la obra de Gala­badja aseguraba que "la llegada de las tropas francesas había sido recibida como una verdadera liberación, pero también había atizado la ira de los bandidos, que se hicieron con las calles y ase­sinaban con cuchillos para evitar el ruido de las armas".


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