La Iglesia tiene su origen y
realización en el designio eterno de Dios. Fue preparada en la Antigua Alianza
con la elección de Israel, signo de la reunión futura de todas las naciones.
Fundada por las palabras y las acciones de Jesucristo, fue realizada, sobre
todo, mediante su muerte redentora y su Resurrección. Más tarde, se manifestó
como misterio de salvación mediante la efusión del Espíritu Santo en
Pentecostés. Al final de los tiempos, alcanzará su consumación como asamblea
celestial de todos los redimidos. (Compendio 149)
No hay comentarios:
Publicar un comentario