domingo, 12 de mayo de 2013

Un final feliz



Daniela tiene 17 años, vive en Santo Domingo (República Do­minicana) y acaba de ser madre. Ella y el bebé están bien... Tuvieron suerte porque en República Dominicana, los embarazos adolescentes son la tercera causa de muerte del país. "Cuando me quedé embarazada, nadie me felicitó. Todos pensaban que me había arruinado la vida y me hicieron sentir realmente mal", explica Daniela. Antes del embarazo, Daniela tampoco llevaba una vida ejemplar: no estudiaba ni tampoco trabajaba. "No sa­bía qué camino tomar. Me pasaba el día por la calle con otros chicos y chicas, como yo", señala la joven. "Parecería mentira pero el tener un hijo y tener que hacerme responsable de él me ha ayudado a madurar y a pensar que quiero hacer algo con mi vida y que mi hijo tenga una vida digna", cuenta Daniela. El padre del bebé de Daniela ha desparecido... como en muchos otros casos.


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