El otro día cuando regrese de la reunión de mi comunidad con
un amigo en su coche veníamos hablando de nuestras cosas, como no me comprendía
detuvo unos minutos para escucharme mejor, y después reanudo la marcha hasta mi
casa. Delante del portal había un sitio
mas chico que su coche, a pesar de ello nos aparcamos dejando el coche
dejándolo mal; era de noche y poca circulación.
Salimos del coche y abrimos el portal cuando un coche de policía nos
vio y paro para multar; mi amigo le
explicó que tenía que acompañarme hasta el ascensor, uno de los policías le
dijo que espejase la via pública y que siguiera su camino, a lo cual mi amigo
de comunidad obedeció; y entre los dos policías me llevaron al ascensor,
subieron y esperaron a que me meta en mi casa.
Si no hubiese parado el coche para entender lo que le estaba
diciendo en el camino, le habría puesto la multa porque ya estaríamos llamado el
ascensor y despidiéndonos: las
casualidades no existen y era de justicia que no lo multasen. Dios mira por
nosotros.
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