jueves, 17 de enero de 2013

Las Navidades se acabaron


   Ya los adornos navideños se guardaron: En nuestras calles hemos pasado de las luces a los reclamos de rebajas de enero; hemos guardado el Belem en los altillos del ropero. En mi casa hemos sustituido el nacimiento por el DVD y las lucesillas que se encendian y apagaban por los compas disk. El primer día eche de menos el tintineo de las luces, estaba vacio el lugar. Pero a los pocos días ya todo me pereció normal; de vuelta a la normalidad.

    El recuerdo de la comida en familia, el reencuentro con los amigos, los regalos… poco a poco va desapareciendo el valor que durante estas fechas le hemos dado: todo vuelve a la normalidad, nuestro trabajo, nuestras obligaciones,…

    Ya   hemos visto a ese Niño Jesús ya adulto bautizándose en el Jordan, parece como si hasta dentro de un ya no podamos cerebrar la Navidad, además este año se nos viene la cuaresma muy pronto: el espíritu de la Navidad se nos ha acabado

    Los que hemos tenido la dicha de ir a Tierra Santa sabemos que en Belem todos los días es Navidad. Podemos celebrarla cada vez que un niño ríe, al admirar una flor. No podemos dejarnos influenciar por la sociedad marcada por el comercio, el laicismo, las prisas.

    Me acuerdo de un compañero de trabajo que de vez en cuando venia diciendo: “FELIZ NAVIDAD” todo el mundo decían “jeje ya esta otra vez con la misma cantinela”. Yo me despido igual:


FELIZ NAVIDAD

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