Ya los adornos navideños se guardaron: En nuestras calles
hemos pasado de las luces a los reclamos de rebajas de enero; hemos guardado el
Belem en los altillos del ropero. En mi casa hemos sustituido el nacimiento por
el DVD y las lucesillas que se encendian y apagaban por los compas disk. El
primer día eche de menos el tintineo de las luces, estaba vacio el lugar. Pero
a los pocos días ya todo me pereció normal; de vuelta a la normalidad.
El recuerdo de la comida en familia, el reencuentro con los
amigos, los regalos… poco a poco va desapareciendo el valor que durante estas
fechas le hemos dado: todo vuelve a la normalidad, nuestro trabajo, nuestras
obligaciones,…
Ya hemos visto a ese
Niño Jesús ya adulto bautizándose en el Jordan, parece como si hasta dentro de
un ya no podamos cerebrar la
Navidad , además este año se nos viene la cuaresma muy pronto:
el espíritu de la Navidad
se nos ha acabado
Los que hemos tenido la dicha de ir a Tierra Santa sabemos
que en Belem todos los días es Navidad. Podemos celebrarla cada vez que un niño
ríe, al admirar una flor. No podemos dejarnos influenciar por la sociedad
marcada por el comercio, el laicismo, las prisas.
Me acuerdo de un compañero de trabajo que de vez en cuando
venia diciendo: “FELIZ NAVIDAD” todo el mundo decían “jeje ya esta otra vez con
la misma cantinela”. Yo me despido igual:
FELIZ NAVIDAD
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