domingo, 23 de diciembre de 2012

NAVIDAD, TIEMPO DE BULLICIO


La Navidad es siempre un tiempo de desconcierto: comidas, regalos, compras, amistades… Siempre de un lado para otros. Parece como si quisiéramos hacer lo que en  todo el año no hemos hecho.

            Las calles se llenan de luces, los escaparates de sus mejores productos… Nos empujan a ir de compras, a ir a la calle.

            Los cristianos tenemos un gran problema   ¿Cómo compaginar los “compromisos” con lo que de verdad importa? ¿nos dejamos llevar por el consumismo?.

            Creo que la clave esta en saber ver las cosas en clave cristiana: si tenemos comida procurar ser fermento; si tenemos que hacer regalos, que sea con cariño; las llamadas que sean para renovar la amistad…

            Si en la familia ha habido tensiones durante el año, que estas fechas sean en momento de reconciliación.

            No nos podemos quedar en lo externo: fiestas reuniones, regalos. Todo eso ensombrece lo que de verdad importa.

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