lunes, 4 de junio de 2012

Las gotas en el vino



Después de las peticiones hay un momento en el ofertorio de la misa, donde el sacerdote pone unas gotas de agua al vino, es de lamentar que algunos ya la tienen preparado por ganar tiempo pues, muchas personas, como yo antes, no le dan importancia por ignorancia, no se dan cuenta que es de una riqueza increíble como todos los gestos de la Misa:

A este momento se le llama memento. Estas gotas representan nuestra ínfima contribución a la redención, a condición del ofrecimiento nuestros sufrimientos de cada día, con lo cual somos participes de la co redención del mundo. ¡¡Alucinante!! ¿No?

Como sabemos la Misa no es memorial o simple recordatorio de la muerte de Jesús sino es una actualización: cada vez que celebramos Misa muere. Si se muere cada vez, quiere decir que la gotas de agua que añade representa los sufrimientos de la humanidad entera, pasada, presente y futura (para Dios no hay tiempo). Podríamos decir que las gotas que se ponen es el ofrecimiento de las vidas de mártires de todos los tiempo, y de nuestros abuelos, y de nuestros bis nietos… ¡¡¡Esto si que es alucinante!!!.


1 comentario:

  1. Querido Miguel: Tu Blog es muy interesante y como seguidora tuya voy a añadir, más que añadir, aclarar lo que tú ya has dicho: Quiso Dios que su Obra fuera redimida sobrenaturalmente por el Sacrificio de Cristo. Y esto se realiza todos los días y seguirá realizándose hasta el final de los tiempos. Por el sacerdocio espiritual que tenemos los bautizados,en unión con el Sacerdote ordenado,cuando éste dice: "Por Cristo, con Él y en Él", también nosotros nos ofrecemos como víctimas y ofrecemos toda la Humanidad, para que, por la Consagración, quedemos todos rescatados y transformados en Cristo. Las gotitas significan nuestra participación. Gracias a Cristo, nuestro Ofertorio nos asocia a su Pasión y Encarnación. Jesús, al redimirnos, ha dado a nuestras obras , valor de eternidad. Esto, lejos de perderse por nuestra indige,queda consagrado para resucitar con Cristo, y así es como nuestra santidad ha de ser salvación de todos y de todas las cosas.
    También, en cada Misa, debemos pedirle a Jesús que nuestra ofrenda no sea solo nuestra ofrenda, que también sea su propia Ofrenda en cada uno de nosotros, Ofrenda santa e inmaculada para que nos purifique de todas las esclavitudes que aprisionan nuestras almas. Y que esas llamas transformadoras del Espíritu Santo que transforman el pan y el vino en el verdadero Cuerpo y Sangre , nos consuman totalmente, sin que pongamos resistencia alguna a la acción purificadora de su fuego divino.
    Miguel, yo a veces me quedo sin palabras después de comulgar, entonces me va muy bien unirme a la acción de gracias de Jesús al Padre; le pido que me acoja en su acción de gracias por mi Comunión.¡¡¡Alucinante!!!
    Un abrazo
    MªJosé

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